Elon Musk da marcha atrás. El voluble y excéntrico multimillonario ha decidido retirar la demanda que había presentado contra OpenAI y su primer ejecutivo, Sam Altman, entre otros. En ella, acusaba a la firma que confundó de abandonar su propósito de perseguir el desarrollo de la inteligencia artificial en beneficio de la humanidad para buscar el ánimo de lucro. Su tesis había quedado en evidencia después de que la compañía desvelase correos electrónicos en los que el magnate subrayaba la necesidad de captar cantidades ingentes de recursos para desarrollar la nueva tecnología. Mientras, Musk ha puesto en marcha su propia firma de inteligencia artificial, xAI, que ha alcanzado en menos de un año una valoración de 24.000 millones de dólares, incluida una ronda de financiación en la que ha captado 6.000 millones.
Musk presentó su demanda de 46 páginas más anexos ante el Tribunal Superior de California en el condado de San Francisco el pasado 29 de febrero. Solicitaba un juicio con jurado y que los cofundadores de OpenAI reintegrasen cualquier beneficio obtenido de la compañía. Ahora, ha presentado un formulario en el que sus propios abogados solicitan voluntariamente la desestimación de la demanda sin dar explicaciones de las razones por las que da ese paso. Lo hace justo al día siguiente de mostrarse agresivo contra OpenAI y Apple por el acuerdo firmado entre ambas compañías.
OpenAI había solicitado también la desestimación de la demanda. En su respuesta, calificó las afirmaciones de Musk de “incoherentes”, “frívolas”, “extraordinarias” y “una ficción”. Antes, a través de una publicación en su propia página web, la compañía difundió algunos de los mensajes intercambiados con el magnate en los inicios de la firma que contribuyó a fundar y de la que luego se desmarcó.
“Elon dijo que debíamos anunciar un compromiso inicial de financiación de 1.000 millones de dólares para OpenAI. En total, la organización sin ánimo de lucro ha recaudado menos de 45 millones de dólares de Elon y más de 90 millones de otros donantes”, decía OpenAI. La firma aseguraba que en el momento de su fundación, Greg Brockman y Sam Altman habían planeado inicialmente recaudar 100 millones de dólares. “Elon dijo en un correo electrónico: ‘Tenemos que ir con un número mucho más grande que 100 millones de dólares para evitar sonar desesperados… Creo que deberíamos decir que estamos empezando con un compromiso de financiación de 1.000 millones. Yo cubriré lo que cualquier otra persona no aporte”, decía en uno de esos mensajes.
Musk quería el control
OpenAI relata que a principios de 2017 todos en OpenAI se dieron cuenta de que desarrollar una inteligencia artificial general (AGI) iba a requerir grandes cantidades de computación. “Empezamos a calcular cuánta computación podría requerir una AGI. Todos comprendimos que íbamos a necesitar mucho más capital para tener éxito en nuestra misión: miles de millones de dólares al año, que era mucho más de lo que cualquiera de nosotros, especialmente Elon, pensaba que seríamos capaces de recaudar como organización sin ánimo de lucro. Elon y nosotros reconocimos que sería necesaria una entidad con ánimo de lucro para conseguir esos recursos. Mientras discutíamos una estructura con ánimo de lucro para impulsar la misión, Elon quería que nos fusionáramos con Tesla o quería el control total. Elon abandonó OpenAI, diciendo que tenía que haber un competidor relevante para Google/DeepMind y que iba a hacerlo él mismo. Dijo que nos apoyaría para encontrar nuestro propio camino”, aseguraba OpenAI.
Según esa explicación, Musk estuvo de acuerdo en que era necesario crear una entidad con ánimo de lucro para captar esos recursos. “Elon quería una participación mayoritaria, el control inicial del consejo de administración y ser consejero delegado. En medio de estas discusiones, retuvo la financiación”, explicaba OpenAI. “No pudimos llegar a un acuerdo con Elon sobre una empresa con ánimo de lucro porque creíamos que iba en contra de la misión de OpenAI que cualquier persona tuviera el control absoluto de la empresa. Entonces propuso en su lugar fusionar OpenAI con Tesla. A principios de febrero de 2018, Elon nos reenvió un correo electrónico sugiriendo que OpenAI debería ‘unirse a Tesla como su vaca lechera”, continuaba.
Musk pronto optó por abandonar OpenAI, diciendo en otro mensaje que su probabilidad de éxito era cero, y que planeaba construir un competidor dentro de Tesla. “Cuando se fue a finales de febrero de 2018, le dijo a nuestro equipo que apoyaba que encontráramos nuestro propio camino para recaudar miles de millones de dólares. En diciembre de 2018, Elon nos envió un correo electrónico diciendo: ‘Incluso recaudar varios cientos de millones no será suficiente. Esto necesita miles de millones al año de inmediato u olvídalo”, relataba OpenAI.
Eso y otros mensajes dejaban en evidencia a Elon Musk. “Nos entristece haber llegado a esto con alguien a quien admiramos profundamente, alguien que nos inspiró a apuntar más alto, luego nos dijo que fracasaríamos, fundó un competidor y luego nos demandó cuando empezamos a hacer progresos significativos hacia la misión de OpenAI sin él”, concluía, aportando copias de los correos electrónicos enviados por Musk.
Los abogados de Musk no dan explicaciones sobre si han sido las escasas posibilidades de éxito las que le han llevado a retirar la demanda. El escrito presentado ante el tribunal llega el día siguiente de que Musk tuiteara una serie de mensajes en los que criticaba a OpenAI y su manejo de los datos de los usuarios a raíz del acuerdo por el que Apple integra ChatGPT con el asistente personal Siri. “Si Apple integra OpenAI a nivel de OS (sistema operativo), entonces los dispositivos de Apple serán prohibidos en mis empresas. Es una violación de seguridad inaceptable”, escribió Musk.
Musk anunció la fundación de su propia empresa de inteligencia artificial en julio de 2023. Lanzó la primera versión de su chat de inteligencia artificial generativa Grok en su red social X en noviembre, y luego ha ido introduciendo versiones avanzadas de esa herramienta, que aspira a competir con el exitoso ChatGPT de OpenAI. El magnate empezó a desarrollar herramientas de inteligencia artificial en Tesla, pero luego dijo que si no tenía una participación mayor (reclamó un 25% en la compañía) se plantearía llevarse los desarrollos de IA y robótica fuera de Tesla.
Elon Musk afronta este jueves una junta de accionistas decisiva en Tesla en la que se somete a votación la aprobación de un multimillonario paquete de retribución para el propio empresario, réplica del que fue anulado por una jueza, y el traslado del domicilio legal de la compañía desde Delaware a Texas. Musk ha salido escaldado de la seriedad de Delaware en materia corporativa. Cuando firmó el acuerdo para comprar Twitter y luego buscó excusas para echarse atrás, la demanda de la empresa contra él tenía todos los visos de prosperar, así que al final Musk se rindió y fue adelante con la operación. En ese Estado fue también donde la jueza anuló su estratosférica retribución.
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