La idea de que ponerse un condón disminuye el placer, el coito como centro de las relaciones sexuales, que no se hable realmente de qué es el sexo y qué puede suponer si no es seguro en colegios ni institutos y que esto en los hogares dependa de cada familia, la ausencia de percepción de que existe el riesgo de contagio de distintas infecciones, o el cambio en la percepción del sexo de las nuevas generaciones, que cada vez las relaciones se inicien antes o que no sea fácil a veces tener a mano un preservativo cuando se tienen 16 años. El cóctel de motivos por el que en los últimos 20 años ha habido un crecimiento de las infecciones de transmisión sexual (ITS), “especialmente en clamidia, sífilis y gonorrea”, es amplio y, ha dicho Pedro Gullón, el director general de Salud Pública, cruzado “claramente por ejes de desigualdad social” como el género o la raza.

Entender ese cóctel y esas desigualdades, los contextos y las realidades cambiantes, es, según Gullón, clave para afrontar el aumento de infecciones, y con ese enfoque se ha presentado la mañana de este lunes la nueva campaña de prevención de ITS entre adolescentes y adultos jóvenes del Ministerio de Sanidad, materializada en un anuncio de, exactamente, 15 segundos. Una duración que simboliza a quién se dirige y en qué contexto lo hace. “Yo soy del sexo que se habla, yo soy del sexo sin culpa, yo soy del sexo que respeta, yo soy del sexo sin infecciones, yo soy del sexo seguro. Contra las infecciones de tranmisión sexual, hablo, me informo, me protejo”, se escucha en ese spot.

“Habla del valor de la comunicación cuando dice ‘yo soy del sexo que habla’. De la libertad sexual cuando dice ‘yo soy del sexo sin culpa’. La empatía y del valor del respeto cuando dice ‘yo soy del sexo que respeta’, para finalizar alineándose con esos valores que queremos de mensajes de prevención y autocuidado, cuando dice ‘yo soy del sexo sin infecciones”, ha explicado Inmaculada Puig, la subdirectora general de Atención a los Ciudadanos durante la presentación.

Esta cuestión, la del aumento de las ITS en la población más joven, no solo existe en España sino que ya alertó hace unos meses a la Unión Europea y también a Estados Unidos, y el rechazo del uso del preservativo está entre las causas más importantes de los datos al alza. Julia del Amo, la directora de la División de Control de VIH, ITS, Hepatitis Virales y Tuberculosis, ha hecho referencia al “preservativo como el método-barrera más eficaz para prevenir la transmisión de las ITS”, pero que, sin embargo, no se usa lo suficiente.

Según el Informe Juventud en España 2020, aunque los jóvenes prefieren utilizar el preservativo en sus relaciones sexuales con penetración (80%), un 37% dice que no lo ha utilizado en alguna ocasión en el último año por diversas causas. En torno a un 27% alegó haber usado otro método anticonceptivo; un 25% que conocía lo suficiente a la persona; y un 13% que no tenía preservativo en aquel momento. Por edades, un 77% de los jóvenes entre 15 y 24 años usan el preservativo, y se reduce al 69% entre quienes tienen entre 25 y 29 años.

Victoria Hernando, del Centro Nacional de Epidemiología, ha desgranado durante la presentación parte del último Informe de Vigilancia Epidemiológica de las Infecciones de Transmisión Sexual —de 2022 y publicado a finales del pasado enero, elaborado por el Ministerio de Sanidad y el Instituto de Salud Carlos III—. En 2022, el 10,6% de los nuevos diagnósticos de VIH correspondieron a jóvenes menores de 25 años, siendo “los hombres y las personas nacidas en el extranjero los más afectados”; y de estos, el 37% había tenido “un retraso en el diagnóstico”, lo que para Hernando indica “la necesidad de reforzar la prevención y detección temprana en este grupo de edad”.

La gonorrea duplicó las cifras de 2020, con “23.333 casos notificados en 2022″; la clamidia aumentó un 266% respecto a 2016, con “26.518 infecciones contabilizadas”; y de los 734 casos de sífilis que se registraron en 2002 ascendieron hasta los “8.141″ dos décadas después.

En estas tres últimas ITS, el porcentaje de jóvenes afectados “es significativo, especialmente en el grupo de 20 a 24 años”, ha explicado Hernando, que también ha ahondado en cómo “las mujeres presentan mayores tasas de incidencia en gonorrea y clamidia, mientras que los hombres son los más afectados por la sífilis”.

Respecto al conjunto de países del entorno, en un comunicado el pasado marzo, el Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC) exponía el “aumento preocupante en los casos de sífilis, gonorrea y clamidia”. Y hablaba de “una necesidad apremiante de mejorar la prevención, el acceso a las pruebas y los tratamientos eficaces para abordar este desafío de salud pública”. En el último año, en Europa, la gonorrea ha aumentado un 48%, la sífilis un 34% y la clamidia un 16%.

Mar Vera, del grupo de estudio de ITS de la Sociedad Española de Infecciosas y Microbiología Clínica y además médico asistencial en la clínica Sandoval de Madrid, monográfica de enfermedades de transmisión sexual, ha dado también datos de Estados Unidos: “El colectivo de adolescentes y jóvenes entre 15 y 24 años, aunque constituyen solo el 27% de la población general, conllevan la mitad de las 20 millones de nuevas infecciones que se diagnostican anualmente”. El problema es generalizado en todo el mundo y la eliminación del VIH y las ITS es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que marca la Organización Mundial de la Salud y al que está adherido España a través del Plan Estratégico para la Prevención y Control de la Infección por el VIH y las ITS en España que tiene como fecha clave 2030.

Para eso, ha dicho Vera, hay una cuestión primordial: “Remarcar la importancia de la educación sexual como medida conductual más importante para prevenir el VIH y otras infecciones de transmisión sexual”. Pero también ha hecho referencia a múltiples medidas que han de adoptarse no solo por los profesionales sanitarios sino también por los jóvenes: “Informar de las vías de transmisión [que es mayoritariamente la sexual], insistir en el uso del preservativo, los riesgos de las aplicaciones, de las redes sociales. Hacer consciente a este colectivo diana de que la mayoría de las ITS son invisibles y tratar de lanzar mensajes en positivo sobre la salud sexual, no sobre las infecciones, sino promover la salud sexual, pero hablar también de ITS con normalidad como parte de la rutina clínica, realizar cribados rutinarios, favorecer la conversación, que sean capaces de hablar de la exposición de las medidas que quieren tomar. Sin miedo, sin estigma, sin vergüenza”.

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By Diario

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