Durante 17 años, Mickey Bergman ha gestionado esfuerzos de diplomacia privada en Corea del Norte, Myanmar, Cuba, Rusia y Venezuela entre otros países. | Foto VOA

 

Las negociaciones para lograr la liberación de civiles estadounidenses injustamente detenidos en distintas partes del mundo suelen ser complejas y pocas veces se hacen públicos los detalles sobre el proceso.

Mickey Bergman, director del Global Reach(anteriormente Richardson Center), organización dedicada a devolver a casa a estadounidenses injustamente detenidos en el extranjero, ofrece su testimonio sobre los retos y las implicancias de formar parte de una negociación y de actuar como un “diplomático periférico”.

Por VOA

El director del Global Reach , una organización sin fines de lucro dedicada a devolver a casa a estadounidenses detenidos por grupos terroristas, organizaciones criminales o gobiernos extranjeros.

Durante 17 años, ha gestionado esfuerzos de diplomacia privada en Corea del Norte, Myanmar, Cuba, Rusia y Venezuela entre otros países.

Bergman, nominado al Premio Nobel de la Paz en 2019 y 2023, recuerda en conversación con VOA que en Venezuela hubo “más de una docena” de estadounidenses detenidos, entre ellos los seis exejecutivos de Citgo, y que su liberación implicó un proceso de negociación. “Básicamente limpiamos la casa, todos los norteamericanos regresaron”, subrayó.

“No podemos construir disuasión sobre las espaldas de estadounidenses inocentes que están detenidos, porque entonces los convertiremos en rehenes de nuestras propias políticas”, dijo consultado sobre si existe alguna correlación entre la liberación de rehenes y el hecho de que se aliente a los captores optar por esta táctica en el futuro.

En 2022, el gobierno de Estados Unidos, a cambio de siete estadounidenses, entre ellos cinco exejecutivos de la filial de Petróleos de Venezuela (PDVSA), Citgo, que estuvieron detenidos en Venezuela desde 2017, liberó a los dos sobrinos de la esposa de Nicolás Maduro que estaban acusados y detenidos por delitos de narcotráfico.

 

A finales del año pasado, a través de un proceso de negociaciones, la Administración de Joe Biden liberó a Alex Saab, un cercano aliado de Maduro que era procesado en ese país por lavado de capitales, a cambio de un grupo de norteamericanos encarcelados en Venezuela. El proceso formó parte de negociaciones directas entre Venezuela y EEUU, con Qatar como facilitador.

“Hubo un acuerdo bilateral entre los dos países, un procedimiento de cómo evitar que casos como ese vuelvan a suceder. Esa es una política positiva de disuasión. Ahora, eso no lo va a detener. Las crisis sucederán, pero eso mitiga el riesgo”, afirmó Bergman.

Una diplomacia diferente

Bergman acuñó el término “diplomacia periférica”, que no involucra a actores estatales, para describir una disciplina innovadora que explora el espacio más allá de las fronteras, así como de la capacidad y autoridad de Estados y gobiernos en asuntos internacionales.

“Cuando el gobierno de Estados Unidos se relaciona con un gobierno como Rusia o Venezuela o indirectamente con Irán, tan pronto como los estadounidenses y los rusos entran en una sala para discutir, incluso si planean discutir un tema de prisioneros, inmediatamente el tema Ucrania entra en juego. La estabilidad nuclear es un orden mundial y no pueden separar la cuestión de sus prisioneros, por lo que no pueden encontrar cómo sería la solución”, explica.

“Cuando entramos, sólo tenemos un mandato para hacer eso. Pueden hablarnos sobre políticas, pero no tenemos autoridad en materia de políticas, por lo que podemos escuchar, eso no afectará nada, pero podemos centrarnos completamente en la cuestión humanitaria y de los prisioneros, lo que nos permite definir cuál es el camino para resolverlo”, continúa.

Respecto al enfoque para lograr liberaciones en países como Venezuela, Myanmar, Rusia o Corea del Norte, Bergman admite que “esos acuerdos nunca son bonitos”, debido a que básicamente se cambia a un inocente por un culpable.

“No parece justo, pero a veces es la única manera de traer a un estadounidense de regreso a casa”, sostiene.

Resalta que cuando los captores piden algo a cambio, ya sea el detenido culpable o inocente, simplemente los convierten en presos políticos.

Sobre cómo se fija el costo de los tratos, Bergman dice que no sólo es necesario descubrir cuándo hay una superposición entre las partes, sino que también debe ocurrir al mismo tiempo.

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