Democristianos y socialistas resisten en Europa. El bloque democristiano de centroderecha de von der Leyen dominó en Alemania con casi el 30%, superando a los socialdemócratas de Scholz, que cayeron al 14%, por detrás de la AfD. En Italia, la ultraderecha avanzaba con Meloni.
Los partidos de extrema derecha lograron importantes avances en las elecciones parlamentarias de la Unión Europea del domingo, asestando derrotas sorprendentes a dos de los líderes más importantes del bloque: El presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz.
En Francia, el partido Agrupación Nacional de Marine Le Pen dominó las encuestas hasta tal punto que Macron disolvió inmediatamente el Parlamento nacional y convocó nuevas elecciones. Era un riesgo político enorme, ya que su partido podría sufrir más pérdidas, lastrando el resto de su mandato presidencial, que termina en 2027.
Le Pen aceptó encantada el reto. “Estamos listos para enderezar el país, listos para defender los intereses de los franceses, listos para poner fin a la inmigración masiva”, dijo, haciéndose eco del grito de guerra de tantos líderes de extrema derecha en otros países que celebraban sustanciales victorias.
Macron reconoció el ruido sordo de la derrota. “He escuchado vuestro mensaje, vuestras preocupaciones, y no las dejaré sin respuesta”, dijo, añadiendo que la convocatoria de unas elecciones anticipadas no hacía sino subrayar su credibilidad democrática.
En Alemania, la nación más poblada del bloque de 27 miembros, las proyecciones apuntaban que la AfD superó la serie de escándalos en los que se vio envuelto su principal candidato para subir hasta el 16,5%, frente al 11% de 2019. En comparación, el resultado combinado de los tres partidos de la coalición gobernante alemana apenas superó el 30%.
Scholzsufrió un destino tan poco propicio que su veterano partido socialdemócrata quedó por detrás de la ultraderechista Alternativa para Alemania, que se aupó al segundo puesto. “Después de todas las profecías catastrofistas, después del aluvión de las últimas semanas, somos la segunda fuerza”, declaró una exultante Alice Weidel, líder de AfD.
Los cuatro días de comicios en los 27 países de la UE han sido el segundo mayor ejercicio democrático del mundo, por detrás de las recientes elecciones en la India. Al final, el ascenso de la extrema derecha fue aún más asombroso de lo que muchos analistas predijeron.
Durante décadas, la Unión Europea, que tiene sus raíces en la derrota de la Alemania nazi y la Italia fascista, confinó a la ultraderecha a los márgenes políticos. Con su fuerte presencia en estas elecciones, la extrema derecha podría convertirse en un actor importante en políticas que van desde la migración a la seguridad y el clima.
A contracorriente de la tendencia se situó el antiguo líder de la UE y actual primer ministro polaco, Donald Tusk, que superó a Ley y Justicia, el partido conservador nacional que gobernó Polonia entre 2015 y 2023, y que lo llevó cada vez más a la derecha. Un sondeo mostró que el partido de Tusk ganó con un 38%, frente al 34% de su acérrimo némesis.
“De estos países grandes y ambiciosos, de los líderes de la UE, Polonia ha demostrado que aquí triunfan la democracia, la honestidad y Europa”, dijo Tusk a sus seguidores. “Estoy muy emocionado”.
[
,
, social demócrata,Giorgia Meloni,Partido Popular,Ursula von der Leyen,Elecciones europeas 2024