Los partidos proeuropeos de centro tienen mayoría, a pesar de que los votantes se escoran a la derecha. Pero el camino de Ursula von der Leyen hacia la reelección está plagado de dificultades.
Alrededor de 185 millones de votantes de los 27 países de la UE han expresado su opinión, y los partidos de derechas han visto aumentar su apoyo en todos los rincones del continente, inclinando la balanza de poder en el Parlamento Europeo.
Pero el aumento previsto del apoyo a los partidos de extrema derecha no ha sido tan pronunciado como algunos esperaban, lo que significa que, si hay suficiente voluntad política, la coalición proeuropea de centro se mantendrá.
Aunque más tensa que nunca, la llamada “gran coalición” entre el Partido Popular Europeo (PPE), de centro-derecha, los Socialistas y Demócratas (S&D), de centro-izquierda, y el grupo liberal Renovar Europa han asegurado 403 legisladores -alrededor del 56% de todos los escaños-, según las estimaciones del lunes por la mañana.
Estos partidos han cooperado durante años en la UE, construyendo un cortafuegos para impedir que la derecha radical entrara en la corriente política dominante. Aunque su mayoría es ahora más estrecha, estos grupos podrían seguir colaborando para garantizar el buen funcionamiento de la maquinaria legislativa de la UE durante el próximo décimo mandato.
Todas las miradas se centrarán ahora en el ganador de las elecciones, el PPE, que obtuvo una clara victoria y consolidó su dominio en la nueva cámara.
Su principal candidata, Ursula von der Leyen, ya había manifestado su disposición a trabajar con algunos partidos de la derecha más dura, los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR).
Sin embargo, las primeras señales procedentes del PPE sugieren que se mantendrán fieles a sus aliados tradicionales en el centro. La presidenta europea, Roberta Metsola, declaró a ‘Euronews’: “Por las primeras proyecciones, parece que se mantiene el centro constructivo y proeuropeo”.
Von der Leyen también ofreció trabajar con socialistas y liberales para construir una “mayoría en el centro para una Europa fuerte”, calibrando cuidadosamente sus palabras para apaciguar a los críticos que han criticado sus recientes acercamientos a la derecha dura.
“En otras palabras, el centro se mantiene”, añadió Von der Leyen. “Pero también es cierto que los extremos de la izquierda y la derecha han ganado apoyo y por eso el resultado conlleva una gran responsabilidad para los partidos de centro“.
Sin embargo, dado que el Parlamento Europeo no funciona mediante una coalición estable, sino que se forman coaliciones tema por tema en función del proyecto legislativo de que se trate -y dado que los grupos no siempre votan en bloque, siendo habituales las rebeliones-, podría significar estrechos márgenes de votación, especialmente para expedientes delicados como los relacionados con el Pacto Verde Europeo.
El escaso margen de maniobra podría hacer que el PPE se apoyara en socios a su derecha de forma ‘ad hoc’, incluso para la primera decisión del nuevo hemiciclo de dar paso a un nuevo presidente de la Comisión.
El futuro de Von der Leyen pende de un hilo
Tras la victoria de su partido, el PPE, que ha aumentado en ocho su número de escaños, Ursula von der Leyen tiene una primera oportunidad de conseguir cinco años más al frente de la Comisión Europea, de acuerdo con el llamadoproceso Spitzenkandidaten.
Pero sus posibilidades de reelección se han complicado no solo por la aritmética del nuevo Parlamento, sino también por la decisión del presidente Emmanuel Macronde convocar elecciones legislativas anticipadasen Francia.
Algunos dicen que un Macron debilitado y un canciller Scholz en apuros -cuyo partido socialista alemán terminó tercero, por detrás del principal partido de la oposición CDU/CSU y de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD)– podrían hacer descarrilar su candidatura.
Está previsto que los líderes de la UE se reúnan en Bruselas el 28 de junio para designar formalmente al candidato a la Comisión, pocos días antes de que los votantes acudan a las urnas en Francia. Dado que Von der Leyen es muy impopular en Francia -incluso la delegación francesa del PPE se opone a su reelección-, su nombramiento días antes de la votación podría mermar aún más la popularidad de Macron.
Si supera ese obstáculo y es designada por los líderes de la UE, tendrá que obtener el respaldo de la mayoría absoluta de los 361 diputados recién elegidos al Parlamento Europeo (PE) en una votación secreta.
Esa votación estaba prevista inicialmente para mediados de septiembre pero, según los medios de comunicación, podría producirse tan pronto como el 18 de julio, durante la sesión inaugural del nuevo Parlamento en Estrasburgo.
En 2019, von der Leyen superó esa prueba por un estrechísimo margen de nueve votos. Esta vez, las delegaciones nacionales de su grupo del PPE podrían oponerse a su reelección. Y si los socialistas y los liberales reúnen a sus miembros para que voten por ella, hay muchas posibilidades de que pequeñas coaliciones nacionales se rebelen.
Estos estrechos márgenes significan que von der Leyen puede contar con el apoyo de los legisladores del partido Hermanos de Italia (FdI) de Giorgia Meloni, que obtuvo 24 escaños según los resultados preliminares. Esto consolida la posición de Giorgia Meloni como agente de poder en la UE.
Pero al confiar en Meloni, von der Leyen se arriesga a alejar a los aliados de izquierda, y es poco probable que obtenga el respaldo de Los Verdes, que también votaron en contra de ella en 2019 y que sufrieron algunas de las mayores pérdidas en la noche del domingo, perdiendo 20 escaños y viendo erosionado su poder en el hemiciclo.
La remodelación podría beneficiar a la derecha
La aritmética del Parlamento Europeo también puede cambiar una vez que los recién llegados o los partidos que actualmente están políticamente sin hogar en el Parlamento Europeo negocien la afiliación al grupo.
Se espera que las conversaciones sobre la afiliación de los partidos comiencen el lunes. Muchos de estos partidos pertenecen a la extrema derecha, lo que significa que una posible remodelación podría reforzar los números de las dos agrupaciones de extrema derecha, Identidad y Democracia (ID) y Conservadores y Reformistas Europeos (ECR).
Entre los partidos actualmente clasificados como no inscritos se encuentra el Fidesz de Viktor Orbán, que se calcula que ha obtenido 10 escaños, y que podría intentar unirse al ECR y aumentar aún más las cifras de la agrupación nacionalista.
Marine Le Pen -cuya Agrupación Nacional Francesa fue la gran triunfadora de la noche, con más del 31% de los votos, lo que llevó al presidente Emmanuel Macron a convocar elecciones legislativas anticipadas- también ha manifestado su deseo de formar una superagrupación de extrema derecha que incluya a los legisladores del FdI de Giorgia Meloni.
Meloni se ha convertido así en una “hacedora de reyes”, ya que también es cortejada por von der Leyen en el centro-derecha. Es probable que Meloni juegue sus cartas con cautela, ya que aliarse con Le Pen podría arruinar sus oportunidades de colaborar de forma ‘ad hoc’ y tener así una participación definitiva en la configuración de la política de la UE.
Entre los partidos que actualmente carecen de familia política también se encuentra el asediado AfD de Alemania, que a pesar de una reciente serie de escándalos relacionados con investigaciones sobre influencias extranjeras y vínculos neonazis, quedó segundo en Alemania con 16 escaños en el Parlamento Europeo.
Expulsada del grupo de línea dura Identidad y Democracia (ID) a finales de mayo, no está claro si AfD puede unir fuerzas con otros partidos radicales para formar un grupo marginal en la extrema derecha del Parlamento. Para ello necesita al menos 23 legisladores de al menos siete Estados miembros de la UE.
La remodelación de los grupos también podría mermar aún más los números del grupo centrista Renovar Europa, que sufrió pérdidas masivas, con una caída de 22 escaños según las estimaciones.
Su presidenta, Valérie Hayer, ya ha indicado que el Partido Popular Neerlandés por la Libertad y la Democracia (VVD) será expulsado este mismo lunes por acordar entrar en el gobierno con el ultraderechista Partido por la Libertad (PVV) de Geert Wilders en Holanda.
El acuerdo neerlandés se produjo pocos días después de que el grupo Renovar Europa prometiera públicamente no entrar nunca en el Gobierno con partidos de extrema derecha “a ningún nivel”.
Esto podría hacer que el número de escaños de Renovar se redujera a 76, añadiendo presión a la coalición centrista y acentuando aún más las cifras que Von der Leyen necesita para confirmar su reelección.
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