Hace un año, las Fuerzas Militares y las comunidades indígenas rescataron con vida a los cuatro niños que cayeron de una avioneta y deambularon por 40 días en la selva. En el marco del aniversario, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) contó que ha pasado con los menores.
Ellos perdieron a su mamá en medio del trágico accidente aéreo y el papá está siendo judicializado por presunto abuso sexual, pues se sospecha que habría violentado a su hija de manera continua desde que tenía 10 años en un resguardo del municipio de Solano, Caquetá.
Los hermanos Mucutuy no se han separado desde el día del siniestro: “Pasan los días disfrutando y aprendiendo, han estado acompañados por un equipo de la Defensoría de Familia del ICBF, especializada en asuntos étnicos, que trabajan para que sus costumbres no se afecten al estar lejos de su territorio”.
Hermanos Mucutuy, a un año de su rescate en la selva. | Foto: ICBF.
Todos cursan sus estudios, reciben atención psicológica para tratar el trauma y son revisados por los médicos que les curaron las enfermedades que adquirieron en la selva; también se dio cuenta que la evidente desnutrición que tuvieron fue superada satisfactoriamente.
“Los hermanos Mucutuy son un ejemplo de valentía y esperanza para todos nosotros. Su historia nos recuerda la importancia de cuidarnos los unos con los otros y de mantenernos unidos frente a las adversidades”, afirmó el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
Hace un mes, la Aeronáutica Civil entregó un informe provisional en el que se detalla varios aspectos que hasta el momento eran desconocidos del accidente ocurrido el 1 de mayo de 2023 en la selva del Guaviare, que dejó tres adultos mayores muertos y a los cuatro hermanos Mucutuy a la deriva de los peligros de la naturaleza.
En el documento, la menor, de 13 años y quien se encargó de cuidar a sus hermanitos, reveló los momentos de calvario que vivieron durante los 39 días que estuvieron solos en esta parte del país, pese a los operativos que a diario hicieron uniformados del Ejército para encontrarlos y que, lamentablemente, terminaron en que el perro Wilson, que participaba en las operaciones de rescate, se perdiera y no se supiera nada más de él.
La niña explicó que, previamente al accidente, su mamá la había preparado para estar en estos entornos, por lo que contaba con conocimientos en supervivencia. Entre otras cosas, reveló que su progenitora le proporcionó indicaciones básicas sobre las semillas que eran comestibles y que podría encontrar en zonas selváticas, por lo que fueron una de las cosas que los ayudó a alimentarse.
“No era la primera vez que permanecía en ese entorno, ya que en varias ocasiones se había internado con sus familiares en la selva circundante a su población de origen, que tenía unas características similares al escenario que encontraron después del accidente”, señaló el informe.
Accidente de la avioneta y el día del rescate de los menores. | Foto: Semana
Uno de los aspectos que más impactó fue que la menor reveló que se vieron obligados a comer pescado crudo en una ocasión, con el objetivo de alimentarse y no morir de hambre. Para lograr atrapar al animal, según el relato, utilizaron una lanza fabricada por la niña mayor.
“Ante la imposibilidad de generar fuego, los menores consumieron peces crudos una sola vez, ya que el sabor no les resultó agradable”, dice el documento.
Debido a esto, desde ese momento decidieron alimentarse únicamente con semillas denominadas mil pesos, fruto de una palma que encontraban a su paso y las cuales se ablandaban debido a la humedad del suelo.
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