Yossi Meir, el padre de uno de los rehenes israelíes rescatados en las últimas horas, Almog Meir-Jan, murió la madrugada del sábado 8 de junio, horas antes de saber qué había en marcha una operación para sacar de la Franja de Gaza a su hijo y otros tres secuestrados.
“Mi hermano murió de pena y no pudo volver a ver a su hijo. La noche anterior al regreso de Almog, el corazón de mi hermano se detuvo”, confirmó a la emisora pública israelí Kan, su hermana Dina.
Dina explicó que un oficial del Ejército le llamó en la mañana para comunicarle que habían rescatado a su sobrino y que habían llamado a Yossi, pero no lo habían podido localizar. Ella tampoco pudo, feliz con la noticia, salió de inmediato a su casa para contárselo en persona.
La mujer mencionó que condujo su automóvil “como una loca y cuando llegué toqué la puerta, grite Yossi, Yossi… y nada. No obtuve respuesta”. Vio que la puerta estaba abierta, entró y lo encontró aparentemente dormido en el sofá, pero inmutable a sus gritos.
“Vi el color de su piel, lo toqué, ya estaba muerto”, contó entre lágrimas.
Además de Almog Meir Jan, de 21 años, también fueron rescatados con vida Noa Argamani, de 25 años; Andrey Kozlov, de 27, y Shlomi Ziv, de 40, que fueron secuestrados por Hamás en el festival de música ‘Nova’ el 7 de octubre.
Dina relató a Kan que su hermano Yossi pasó más de ocho meses “pegado al televisor aferrándose a cada dato” y que cada vez que un posible acuerdo de tregua para liberar rehenes no salía adelante, “se le rompía el corazón”.
“Perdió 20 kilos, no podía soportarlo de ninguna manera. Se encerraba en sí mismo, no quería ver a la gente. Todos estábamos preocupados por Yossi, pero él no podía comunicarse con nadie”, puntualizó.
Almog conoció la noticia de la muerte de su padre, poco después de ser rescatado, cuando se reencontró con su familia en el hospital Sheba donde fue trasladado para recibir atención médica.
Una madre con enfermedad terminal: la triste historia de otra liberada
Fue a ella a la que llamaron por teléfono tanto al primer ministro, Benjamín Netanyahu, como al presidente, Isaac Herzog; y en las primeras imágenes se le ve siempre sonriente, abrazada a su padre y disfrutando de una bebida, su primer capricho en libertad.
Tras la liberación, Noa fue transferida al hospital Ichilov de Tel Aviv, donde está ingresada su madre Liora, cuyo deseo antes de morir era volver a ver a su hija.
“Siento que es mi cumpleaños. Este es el mejor regalo que podría recibir”, confesó a los medios su padre Yakov Argamani, quien recordó al gobierno su obligación de traer a los 116 rehenes del 7 de octubre que quedan en Gaza, de los que unos 40 hay indicios de que están muertos.
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