Macron convoca elecciones legislativas en Francia tras la victoria arrolladora de Le Pen en las europeas
La extrema derecha recoge uno de cada tres votos. El presidente disuelve la Asamblea Nacional: âNo puedo hacer como si no hubiese ocurrido nadaâ
La derecha nacionalista de Marine Le Pen ha ganado las elecciones europeas en Francia con una rotundidad rara veces vista y ha infligido a Emmanuel Macron, un presidente que hace del europeÃsmo su principal bandera, la más severa de sus derrotas. Uno de cada tres electores han optado por la lista del Reagrupamiento Nacional (RN), encabezado por Jordan Bardella. Macron no ha tardado en reaccionar a los resultados y ha anunciado en un mensaje televisivo la disolución de la Asamblea Nacional. El presidente ha convocado elecciones legislativas para el próximo 30 de junio, con la segunda vuelta fijada para el 7 de julio. âNo puedo hacer como si no hubiese ocurrido nadaâ, ha afirmado el presidente francés en su discurso.
âEl aumento de los nacionalistas y los demagogos es un peligro para nuestra nación, y para Europaâ, ha advertido después. âHoy los desafÃos que se nos presentan, se trate de los peligros exteriores, del desarreglo climático y sus consecuencias, o las amenazas a nuestra propia cohesión, estos desafÃos exigen la claridad en nuestros debates, la ambición para el paÃs y el respeto para cada francés. Por ello (â¦), he decidido volverles a dar la elección de nuestro porvenir parlamentario por medio del voto. Disuelvo esta noche la Asamblea Nacionalâ, ha añadido.
El RN ha obtenido un 32,4% de votos, según la estimación del instituto Ifop para la cadena TF1, casi 10 puntos más que en las europeas de 2019. El RN será posiblemente primera delegación de un partido nacional en la nueva Eurocámara. La candidatura de Renacimiento, los partidarios de Macron encabezados por la eurodiputada Valérie Hayer, ha obtenido menos de la mitad de votos que la extrema derecha, un 15,2%. Hace cinco años sacó un 22,4%.
En tercera posición ha quedado la lista del Partido Socialista y Plaza Pública, encabezada por el lÃder de esta pequeña formación, Raphaël Glucksmann, con un 14,3%. Es un rayo de esperanza para la socialdemocracia francesa, prácticamente desaparecida durante los años de Macron y minoritaria en la izquierda ante la hegemonÃa de La Francia Insumisa (LFI), el partido soberanista y euroescéptico de Jean-Luc Mélenchon. LFI saca un 8,3%.
La participación ha superado el 50%, la más elevada en unas elecciones europeas en los últimos 30 años. Estas elecciones âhan cambiado de estatusâ, valoraba un experto demoscópico este fin de semana. Una explicación es que, entre las presidenciales de 2022 y las municipales de 2026, esta era la única convocatoria electoral prevista, y la única oportunidad, por tanto, para que los votantes juzgasen a los gobernantes en las urnas. Le Pen y Bardella han intentado plantear esta cita como un referéndum sobre Macron, y les ha salido bien.
Para encontrar una victoria de dimensiones comparables a la lista de Bardella, hay que remontarse a 1984. Ese año, ganó las europeas en Francia, con un 43% de votos, una coalición de partidos de centroderecha encabezada por Simone Veil, superviviente de Auschwitz, artÃfice de la legalización del aborto en su paÃs y primera presidenta de la Eurocámara. Los triunfadores de hoy son sus adversarios de entonces: el emergente Frente Nacional de los ochenta, viejo partido ultra fundado, entre otros, por colaboracionistas con la Alemania nazi, y antecesor del actual RN.
La campaña, como en otros paÃses, se ha disputado en clave nacional, pero las extrapolaciones para las elecciones presidenciales de 2027, a las que Macron, reelegido en 2022, no puede volver a presentarse y en la que Le Pen se postula como candidata, son arriesgadas. Las europeas no suelen anticipar el resultado de los comicios electoral. Es habitual que los votantes utilicen las europeas para sancionar a quien ocupa el poder: los de Le Pen ya ganaron las europeas de 2014 y 2019. En ningún caso, sin embargo, con tanto margen. Y esto es lo que ha hecho saltar todas las alarmas en el ElÃseo y preparar precipitadamente un discurso del presidente.
El amplÃsimo triunfo del RN es un paso de gigante en su ambición de ser considerado un partido fiable y aceptable en el paisaje polÃtico francés. No solo eso. El resultado del 9-J acredita que definitivamente ha roto los diques que le mantenÃan en los márgenes de la centralidad polÃtica, y que se ha consolidado como opción preferente en buena parte de las categorÃas socioeconómicas y demográficas. En el RN, están convencidos de que este resultado es âel primer paso hacia el ElÃseoâ, dijo en vÃsperas del voto responsable de este partido.
La incógnita era cómo responderÃa Macron a la humillación electoral. ParÃs fue una máquina de especulaciones hasta el discurso televisado. El presidente podÃa haber cambiado al ministro Gabriel Attal, que ha participado activamente en la última fase de la campaña y pasaba su primer examen en las urnas desde que llegó al cargo en enero. O podÃa ir más allá, y disolver la Asamblea Nacional para convocar unas elecciones legislativas que el RN tiene muchos números para ganar. Ha optado por la opción más arriesgada.