El mercado tiene puesta la mirada en Europa. Después de las fuertes revalorizaciones que acumulan las Bolsas desde noviembre, y de la mejora de las perspectivas económicas que arrojan los datos más recientes, los inversores precisan de más detalles para dar rienda suelta a las ganancias. Y uno de los elementos es la senda de los tipos de interés, tal y como quedó patente el jueves cuando,…
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El mercado tiene puesta la mirada en Europa. Después de las fuertes revalorizaciones que acumulan las Bolsas desde noviembre, y de la mejora de las perspectivas económicas que arrojan los datos más recientes, los inversores precisan de más detalles para dar rienda suelta a las ganancias. Y uno de los elementos es la senda de los tipos de interés, tal y como quedó patente el jueves cuando, tras el recorte de los tipos y posterior rueda de prensa de Christine Lagarde, los índices europeos registraron ganancias cercanas al medio punto porcentual. Aunque siguen existiendo muchas preguntas sin respuestas, en las últimas semanas ha empezado a cobrar fuerza la idea de que la renta variable europea aún tiene recorrido.
Los analistas de Moody’s reiteran que el recorte de los tipos de interés ayudará a impulsar el crecimiento. Esto, combinado con una inflación que se enfría más deprisa que en EE UU y unas perspectivas que apuntan a que los beneficios cortarán la racha de cuatro trimestres consecutivos de descensos y crecerán en un 3% en el segundo trimestre, crean las condiciones propicias para que el Stoxx 600 vuelva a marcar nuevos récords. “Es una buena combinación para la Bolsa”, señala Lilia Peytavin, estratega de carteras de Goldman Sachs. El BCE cumplió con el guion previsto y ejecutó la primera rebaja de los tipos en ocho años, pero la revisión al alza de la inflación indica que, como han venido señalando en las últimas semanas algunos de los funcionarios y la propia Christine Lagarde, la política monetaria seguirá siendo restrictiva. Además, el temor a deshacer los avances de los dos últimos años y las reticencias que muestra la Reserva Federal a bajar el precio del dinero limitan el margen de actuación de la institución europea. La buena noticia es que, hoy por hoy, el retraso en nuevos recortes de tipos no parece capaz, por sí mismo, de descarrilar la tendencia del mercado.
La teoría económica afirma que la relajación monetaria es un incentivo para las Bolsas. Además de impulsar el crecimiento y reducir la tasa a la que se contabilizan los beneficios futuros –algo que tiene una especial incidencia en sectores como el tecnológico–, baja el coste de financiación. Al tener que pagar menos por la deuda, la capacidad de las empresas para aumentar márgenes crece. Según cálculos de Goldman Sachs, desde la década de 1980 las acciones europeas han subido un 2% en el mes siguiente a una bajada de los tipos por parte la Fed, el doble del rendimiento de cualquier mes. Estos ascensos se amplían al 6% en seis meses y al 10% en 12 meses siguientes. Los incrementos un año después suelen ser mucho más fuertes cuando van acompañados de una economía robusta.
A diferencia de lo sucedido en las dos últimas décadas, esta vez la reducción de los tipos no obedece a una desaceleración de la economía, sino que responde a la moderación de los precios. “La alineación de todos estos astros nos hace pensar que podría ser un buen momento para sobreponderar la Bolsa europea”, señala Thomas Zlowodzki, estratega de Oddo BHF. Más allá de las expectativas que genera la flexibilización monetaria, Ignacio Cantos, director de Atl Capital, recuerda que lo esencial para que las Bolsas sigan la tendencia alcista es que las empresas eleven los beneficios.
Periodo perfecto
UBS, que en sus últimos informes ha reiterado la posibilidad de que la Bolsa europea tome la delantera, reafirma su preferencia por las acciones del Viejo Continente. Desde la entidad suiza creen que la región está entrando en un periodo perfecto ahora que el BCE empieza a bajar los tipos, la economía mejora y las cotizadas europeas están infravaloradas si se comparan con los múltiplos de las estadounidenses. Desde la entidad dan un potencial a la renta variable europea de entre el 2% y el 3% a corto plazo.
No obstante, como venían señalando las firmas de análisis, la presidenta del BCE templó los ánimos y rechazó comprometerse de antemano con ninguna senda concreta de tipos. Chris Iggo, jefe de inversiones de AXA IM, destaca que para lograr el objetivo del 2%, es probable que las tasas reales tengan que situarse en el rango del 3-4% en EE UU y del 2-3% en la eurozona. Aunque la inflación se ha moderado, el experto advierte que continúa estando muy por encima de la media del periodo 2010-2020. “Tras la crisis de 2008-2009, la desinflación se vio impulsada por la globalización, la reducción de los balances y el impacto de la tecnología en los costes de bienes y servicios. Para volver a aquellos días necesitaremos una combinación benigna de precios más bajos en las materias primas, una mayor penetración de las importaciones a bajo coste y probablemente un mayor desempleo”, destaca. Es decir, todo lo contrario al escenario actual en el que los riesgos geopolíticos y las políticas comerciales proteccionistas marcan el rumbo y frenan la rebaja de los precios.
En sintonía con el consenso del mercado, que prevé como máximo otras dos rebajas en lo que queda de año, Iggo espera que la flexibilización monetaria sea limitada. En un escenario de tasas más altas el experto considera improbable una avalancha de dinero desde el efectivo a la renta fija y las Bolsas. Los inversores con activos en efectivo o estrategias de renta fija a corto plazo se benefician de los ingresos por intereses sin asumir mucho riesgo y manteniendo bajo control la volatilidad. “Salir del efectivo no será fácil. Hace un año existía la expectativa de que podría producirse una oleada de flujos desde el mercado monetario a la renta fija y variable a medida que los bancos centrales alentaban la idea de recortes significativos”, recuerda. Descartado este escenario desde AXA IM defienden que mientras los bancos centrales no provoquen una recesión para cumplir sus objetivos de inflación, la Bolsa y la deuda de alto rendimiento siguen siendo opciones atractivas. “El mercado ha recompensado a los que asumen riesgos y el contexto macroeconómico parece que seguirá siendo así”, destaca.
Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4, se muestra optimista y señala que mientras la economía y los resultados sigan aguantando, la rebaja de los tipos puede ser un catalizador más que sirva de impulso a las Bolsas. Desde la firma de análisis siguen viendo al Ibex en los 12.650 puntos a final de año. Es decir, le otorgan un potencial del 10,53%. De lo que dudan muchos analistas es del hecho de que la renta variable europea logre por fin batir a la estadounidense. Aunque por fundamentales Europa empieza a estar mejor posicionada, Juan José Fernández Figares, director de inversión en Link Gestión, recuerda que, dado el liderazgo y el peso de la tecnología estadounidense en la Bolsa, parece complicado que la renta variable europea desbanque a la estadounidense. “Más a medio plazo, las acciones del Viejo Continente reducirán el fuerte descuento con el que cotizan en relación con las estadounidenses”, subraya.
Engordando resultados
Como ya se pudo comprobar el jueves, jornada en la que los bancos españoles cotizados registraron ganancias de entre el 3% y el 1% en Bolsa, la rebaja contenida de los tipos no amenaza el reinado del sector financiero. Desde que el BCE puso fin a la era de tipos cero, la banca europea se anota un 62,9%, muy por encima del 50,22% que registra la tecnología, un sector en plena eclosión por el furor que genera la inteligencia artificial. Con unos tipos que seguirán siendo altos las firmas de análisis esperan que los bancos continúen engordando sus resultados. A ello se unen los tambores de consolidación bancaria que han vuelto a primera línea con la opa de BBVA sobre Sabadell y las declaraciones del presidente francés, Emmanuel Macron, alentando las fusiones entre los principales bancos europeos para fortalecer la integración financiera de la UE.
Aunque la banca siga disfrutando de un buen tono apoyado por los tipos y las expectativas de un aumento de la demanda del crédito al calor de la recuperación europea, Antonio Castelo, analista de iBroker, señala que el alivio monetario debería beneficiar a sectores muy endeudados y que se ven obligados a realizar importantes inversiones para desarrollar su actividad. Dentro de este grupo se encuentran las renovables como Solaria y Acciona Energía, así como los gestores de infraestructuras (Cellnex o Red Eléctrica) y las socimis. Además de por el nuevo escenario de tipos, estos negocios son los grandes favorecidos por el auge de los centros de datos que consumen mucha energía y requieren de inmuebles para sus emplazamientos. Junto a esto el experto destaca a aquellos negocios en los que en su valoración son determinantes los tipos de interés. Es decir, las tecnológicas para las que una parte importante de las valoraciones se calculan con las previsiones de ingresos, que pierden valor en un escenario de tipos al alza. El círculo de sectores beneficiados por la flexibilización monetaria lo cierren los relacionados con el ocio y turismo. La caída de la inflación contribuye al aumento de la renta disponible y da margen a los consumidores para sentirse más confiados en gastar.
No obstante, no es oro todo lo que reluce y los expertos recuerdan que todavía sigue habiendo muchos factores que pueden hacer descarrilar a los mercados. Aunque como señala Cantos en los últimos meses los riesgos geopolíticos han supuesto una oportunidad de compra, desde iBroker recuerdan que la geoestrategia puede mover por sí solo los mercados con independencia de la macroeconomía y los fundamentales de las empresas. Además de las dos guerras que asolan el planeta y que han demostrado su gran influencia en los precios de las materias primas, los expertos apuntan el incremento de las tensiones comerciales entre EE UU y China a medida que se acerquen las elecciones estadounidenses. Las dudas que genera la política estadounidense y el temor a que la situación se tuerza ha acelerado la actividad en el mercado de deuda y en el primer trimestre las emisiones en euros alcanzaron récord, superando incluso la actividad registrada en la era de tipos cero. Junto a la geopolítica, Aguirre señala como principales amenazas que la inflación se resista a seguir bajando y con ello no permita bajadas de tipos, que el ciclo se desinfle demasiado en EE UU o no se recupere en Europa y que esto acabe afectando a los resultados empresariales.
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