Noa Argamani habla por teléfono en el hospital rodeada por su familia tras ser liberada por las Fuerzas israelíes.


Noa Argamani habla por teléfono en el hospital rodeada por su familia tras ser liberada por las Fuerzas israelíes.

Reuters


Oriente Próximo

La liberación de Noa y otros 3 secuestrados en el concierto techno fortalece a Netanyahu en Israel

“Se trata de una de las operaciones más heroicas y extraordinarias que he visto en mis 47 años de servicio de seguridad de Israel”, dijo Yoav Gallant.


9 junio, 2024
03:10

Noa Argamani, de 25 años, conmovió al mundo el pasado 7 de octubre. “No me matéis, por favor”, gritaba mientras los terroristas de Hamás la subían en una moto después de separarla de su novio Avinatan Or. Noa ha sido desde ese momento la voz de los rehenes y protagonista de la ‘guerra psicológica’ de Hamás contra las familias. La madre de Noa, Liora Argamani, diagnosticada de cáncer terminal en estado 4 imploró su liberación con tal de volver a ver a su hija antes de morir, un mensaje que impulsó al primer ministro Benjamin Netanyahu a pedir ayuda a China (país natal de Liora). Ocho meses más tarde ha vuelto a casa.

En plena crisis con sus socios de gobierno y con una amplia mayoría social pidiendo su dimisión, Netanyahu aclamó -tras conseguir liberar a los cuatro rehenes- que Israel no cede ante el terrorismo y que está operando “de forma creativa y valiente” para traer a casa al resto. “Estamos comprometidos a hacerlo también en el futuro. No cejaremos hasta completar la misión y devolver a casa a todos los rehenes, tanto los vivos como los muertos“, dijo el primer ministro.

El mismo día en el que el ministro del gabinete de guerra de Israel, Benny Gantz, tenía planeado dimitir, la “exitosa y compleja” operación de Israel frenó su decisión. “No renuncies a la unidad”, escribió públicamente Netanyahu en su cuenta de X. El primer ministro es presionado por las familias de los rehenes que exigen “ya” su liberación, por los miembos de ultraderecha de su propio gobierno y por sus ‘socios’ de la oposición, que le dieron un ultimátum para establecer un plan de ‘posguerra’.


Noa Argamani, una de las rehenes liberadas por el ejército de Israel

Sara Fernández

El pasado 7 de octubre Hamás asesinó a 1.200 personas en todo Israel y secuestraron a 240. Solo en el festival acabaron con 350 de los miles de asistentes, a los que iban tiroteando mientras huían campo a través. También decidieron raptar a decenas de mujeres para utilizarlas más tarde como rehenes. Un atentado marcado por imágenes tan macabras como la del secuestro de Noa, viva imágen de lo que miles de personas sufrieron aquel día. 

Tras 245 días la joven ha sido localizada junto con otras tres personas (Almog Meir Jan, Andrey Kozlov y Shlomi Ziv) en dos casas del campo de refugiados de Nuseirat, localizado en el centro de la Franja de Gaza. Según datos difundidos por fuentes oficiales, y verificados por fuentes sobre el terreno, parte de estas liberaciones se produjeron tras infiltrarse las fuerzas especiales en un camión de mudanzas sorprendiendo a los terroristas.

Netanyahu quiso dejar claro que no requiere del plan de paz de Joe Biden para conseguir liberar a ‘su gente’. “Sé que hay gente en Israel que no está de acuerdo con este plan y pedirá que la guerra continúe indefinidamente. Algunos incluso dentro del Gobierno quieren ocupar Gaza, seguir peleando durante años y los rehenes no son una prioridad para ellos”, dijo el presidente de Estados Unidos al anunciar su proyecto.

Horas después de la declaración emitida desde la Casa Blanca, Netanyahu salió a remarcar que “las condiciones de Israel para terminar la guerra no han cambiado” y que cualquier idea de acordar un alto el fuego permanente antes de “la destrucción de las capacidades militares y de gobierno de Hamás” era “un fracaso”.

“Se trata de una de las operaciones más heroicas y extraordinarias que he visto en mis 47 años de servicio de seguridad de Israel”, dijo el ex general y ministro de Defensa, Yoav Gallant. Mientras que el portavoz militar Daniel Hagari lo definió como “exitosa y compleja”. Todo un triunfo para un Netanyahu entre la espada y la pared. 

No es suficiente

Miles de israelíes salieron el sábado de nuevo a las calles para reclamar al gobierno Netanyahu un acuerdo de alto en fuego en Gaza, que permita la liberación de los 116 rehenes que quedan en la Franja, en una jornada en la que también celebraron el rescate exitoso de cuatro cautivos.

Se trata de la primera buena noticia en referencia a los secuestrados desde febrero, cuando el Ejército rescató a dos rehenes en Rafah, pero desde entonces solo ha logrado información de inteligencia para confirmar más muertes entre los cautivos o capturar sus cadáveres.

Desde hace meses, cada noche de sábado se juntan en Tel Aviv dos grandes manifestaciones, de críticos con Netanyahu que le piden elecciones anticipadas por su gestión de la guerra; y la de las familias de los rehenes y desaparecidos, que reclaman un acuerdo para su liberación.

Lo estamos perdiendo todo, las cosechas se están quemando, el turismo está colapsando, las pequeñas empresas que aún funcionan están quebrando y, lo peor de todo, nuestras comunidades se están derrumbando“, afirmó el activista prodemocracia Reut Forstner Avraham, uno de los oradores en la protesta antigubernamental.