El viernes 7 de junio de 2024 falleció en accidente de aviación Bill Anders, quien fuera miembro de la tripulación del Apolo 8 y uno de los tres primeros seres humanos que viajó hacia la Luna. Sorprendentemente, a pesar de tener 90 años, Anders todavía pilotaba aviones. Y en solitario. En este caso, un Beechcraft T-34A (A45) Mentor, un antiguo avión de entrenamiento de la USAF propiedad del museo aeronáutico que regentaba junto a su hijo Greg (el Heritage Flight Museum de Burlington, Washington). Nacido en 1933, William Alison Anders se graduó en Annapolis y siguió una meteórica carrera como piloto militar en la USAF (paradójicamente, uno de los aviones con los que se entrenó fue el T-34). Como parte de su carrera en la Fuerza Aérea estudió ingeniería eléctrica y nuclear. Aunque quería ser piloto de pruebas al mando de Chuck Yeager, antes de conseguirlo fue seleccionado astronauta de la NASA el 14 de octubre de 1963 como parte del tercer grupo de la agencia espacial.

Adiós a Bill Anders (NASA).

Anders pudo acceder a la NASA gracias a que justo para el tercer grupo de astronautas se había eliminado el requisito de que los aspirantes fuesen pilotos de prueba. Ahora bastaba con que fuesen pilotos militares, a secas, con amplia experiencia y, a ser posible, con títulos académicos, unos requisitos que Anders cumplía de sobras. Aldrin y Anders, que por entonces tenía el rango de capitán, eran los únicos pilotos seleccionados por la NASA que habían estado trabajando en tareas relacionadas con la ingeniería. Su primer papel en el Apolo sería estudiar los efectos de la radiación en el ser humano. En 1966 Anders fue asignado de forma provisional como reserva del segundo vuelo tripulado del programa Gémini junto con Frank Borman y Charlie Bassett (este último fallecería poco después en accidente de aviación). Luego Deke Slayton le puso como suplente de la Gémini 11 junto con Neil Armstrong, un puesto que le impedía, salvo desgracias ajenas de última hora, volar en una misión del programa Gémini.

Anders como astronauta del Gémini (NASA).

Tras el accidente del Apolo 1, Anders seguía asignado a la tripulación principal de la tercera misión tripulada del Apolo como piloto del módulo lunar (LM) con Frank Borman como comandante y, como novedad, con Mike Collins como piloto del módulo de mando. Poco después, Anders supervisó la investigación del accidente del simulador del módulo lunar LLRV en el que casi se mata Neil Armstrong durante una sesión de entrenamiento. En 1968 Mike Collins se retiró temporalmente como astronauta en activo para tratarse con cirugía un problema en las vértebras de su cuello. Su lugar lo ocupó Jim Lovell, reserva de Collins. Por su parte, Collins fue asignado a la tripulación de Armstrong (mientras se recuperaba, Fred Haise se unió a la tripulación de Armstrong).

Bill Anders con Jim Lovell en el simulador (NASA).
Anders con su familia en 1968 (NASA).

Pero en el verano de 1968 se produjo un suceso que cambió la vida de Anders para siempre. El cuartel de la NASA decidió que, a pesar de ser solamente la segunda misión tripulada del programa, el Apolo 8 iría a la Luna, principalmente para evitar cualquier intento soviético de adelantarse con el programa 7K-L1 (Zond). Eso sí, iría sin módulo lunar por culpa de los retrasos acumulados con la primera unidad del LM. La siguiente tripulación que debía volar era la formada por Jim McDivitt, Dave Scott y Rusty Schweickart, pero los tres hombres se habían entrenado a conciencia para una misión en órbita baja en la que probarían todos los sistemas del módulo lunar. Por tanto, Slayton pensó que no tenía sentido desperdiciar todo este entrenamiento para mandarlos en una misión sin módulo lunar y prefirió poner a Borman, Lovell y Anders en el Apolo 8. Borman y Anders se habían entrenado con el LM, pero no con la intensidad de McDivitt y Schweickart, que tenían previsto volar mucho antes.

Lovell, Anders y Borman frente al Saturno V que los llevaría a la Luna (NASA).
Anders, Lovell y Borman (NASA).

Y, así, Anders fue elegido para volar en la primera misión espacial que abandonaría el pozo gravitatorio de la Tierra y se dirigiría a la Luna. Paradójicamente, Anders no estaba nada contento con la perspectiva de pasar a los libros de historia. ¿Por qué? Pues porque volaría como piloto del módulo lunar en una misión sin módulo lunar. En el orgulloso mundo de los pilotos del Apolo, el piloto del módulo lunar era el rango más bajo tras el comandante y el piloto del módulo de mando. Pero ser piloto del LM sin tener la oportunidad de pilotar un LM era una situación directamente humillante. Por supuesto, sus compañeros de misión no perdieron la ocasión de meter el dedo en la llaga y bromeaban con que lo único que tenía que hacer Anders en el Apolo 8 era sentarse y poner cara de saber lo que estaba haciendo.

Anders se prueba la escafandra A7L antes del lanzamiento (NASA).

El Apolo 8, la segunda misión tripulada del programa y la primera del Saturno V, partió el 21 de diciembre de 1968. Finalmente, ninguna nave 7K-L1 soviética se les adelantó. Aunque Alexéi Leónov y Oleg Makarov se habían entrenado para una misión circumlunar, el programa 7K-L1 estaba muy lejos de ofrecer los niveles de seguridad mínimos para un vuelo tripulado. En la misión de seis días, Borman, Lovell y Anders dieron diez vueltas alrededor de la Luna, demostrando la robustez del motor SPS del módulo de servicio y la madurez de los sistemas del CSM. Lo que no sabían es que si hubiera tenido lugar un accidente similar al del Apolo 13, los tres hombres habrían muerto sin remedio. Una vez en órbita lunar, fue Anders quien comenzó a recitar el Génesis durante la retransmisión que se llevó a cabo justo antes de partir hacia nuestro planeta en el día de Navidad. La tripulación del Apolo 8 fueron los primeros humanos que vieron la cara oculta de la Luna con sus propios ojos.

Lanzamiento del Apolo 8: el primer vuelo tripulado de este lanzador (NASA).

Anders también pasaría a la historia por realizar la famosa foto «Amanecer de la Tierra» (Earthrise). Nadie había advertido a los astronautas que podrían contemplar el maravilloso espectáculo de la Tierra «amaneciendo» detrás del borde la Luna tras sobrevolar la cara oculta. Anders se quedó con la boca abierta al ver la canica azul de nuestro planeta salir por el horizonte lunar y avisó a sus dos compañeros. Mientras lo hacía, tomó una foto en blanco y negro con su cámara Hasselblad 500 EL equipada con un teleobjetivo de 250 mm, que es la imagen Erthrise original. Fue la primera foto de la Tierra tomada desde la órbita lunar por un ser humano:

La primera foto de la Tierra tomada desde la órbita lunar por un ser humano (NASA).

Luego la perdió de su campo de visión en una de las dos ventanillas laterales. Anders le pidió a Lovell un carrete a color y tomó una segunda foto de la Tierra a las 16:36 UTC del 24 de diciembre de 1968, esta vez a color, desde una de las dos ventanas frontales diseñadas para el acoplamiento con el módulo lunar. Esta imagen a color, a pesar de no ser la primera, sería la que pasaría a la historia como la el «Amanecer de la Tierra». Pocos segundos después Anders tomaría otra foto similar a color que es incluso menos conocida aún.

La imagen Earthrise más famosa, la primera a color (NASA).
Segunda foto Earthrise (NASA).

Tras la exitosa misión, Anders sirvió de suplente del Mike Collins como piloto del módulo de mando, pero sabía que sin experiencia en el programa Gémini y tras no haber podido demostrar su habilidad con el módulo lunar, las probabilidades de ser asignado como comandante de una misión Apolo eran prácticamente nulas. Con suerte, podría haber sido asignado a una misión como piloto del módulo de mando, pero es normal que no quisiera correr los riesgos de viajar otra vez a la Luna para repetir lo logrado en el Apolo 8. Después del Apolo 11 Anders dejó la NASA para formar parte del Consejo Nacional del Espacio y en 1973 pasó a ser miembro de la Comisión de Energía Atómica. Tres años después pasó casi dos años como embajador de EE.UU. en Noruega. A partir de 1980 ocupó varios cargos directivos en la iniciativa privada, pasando por empresas como General Electric o General Dynamics, hasta su jubilación en 1994. Desde entonces Anders se dedicó a varias iniciativas filantrópicas y a su museo de aviones militares antiguos.

El cráter Anders’ Earthrise (NASA).

Dos cráteres de la cara oculta de la Luna llevan su nombre, uno de 40 kilómetros de diámetro en la parte externa del gran cráter Apolo y otro de tamaño casi idéntico bautizado por la UAI en 2018 con el nombre de «Anders’ Erathrise» que aparece en la mítica foto homónima. Fue Anders quien describió muy bien el programa Apolo en una frase:

«Vinimos desde muy lejos para explorar la Luna y lo más importante que descubrimos fue la Tierra»

Ad Astra

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By Diario

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