Carlos Alcaraz Garfia, el niño que jugó su primer torneo en Torre Pacheco con seis primaveras, y que compitió por primera vez a nivel internacional en París seis años después en el Roland Garros para jóvenes talentos a nivel mundial, puede completar su sueño de niño este domingo en la capital francesa.
“Sólo había venido una vez a jugar el torneo sub 13. Tuve la oportunidad de conocer a muchos jugadores, estaba Holger Rune“, recuerda.El escenario era único. La organización había instalado la pista de juego debajo de la Torre Eiffel, de ahí la fijación que el tenista aún tiene hoy por el emblema de la ciudad de la capital francesa, construida en 1889 para la Exposición Universal.
Alcaraz venció en los cuartos al polaco Maksymilian Kasnikowski en dos sets al mejor de cuatro juegos (4-0 y 4-1). Cuatro horas más tarde, perdería con el chino Xiaofei Wang 2-4, 4-1 y 7-1 en el súper tie break. Kasnikowski es en el actualidad el 264 del ranking ATP mientras que Wang ocupa la posición 796.
Carlitos es la tercera raqueta mundial y si derrota a Alexander Zverev en la final del Abierto galo, regresará al segundo escalón del podio, sólo por detrás del italiano Jannik Sinner, su víctima en las semifinales.
Pasión por el himno
El sueño de aquel niño que salía corriendo del colegio en El Palmar para ver por televisión Roland Garros puede tener un final feliz. “Quiero poner mi nombre en la lista de tenistas españoles que han ganado. No sólo Rafa Nadal sino también Ferrero, Moyá, Costa… Es que son muchas leyendas de nuestro deporte“, reflexiona.Alcaraz ha jugado todos sus partidos en la Philippe Chatrier, la central del complejo del Bois de Boulogne.
El certamen francés es el único que pone el himno nacional del país del campeón en la ceremonia de premiación. Eso es algo que motiva especialmente al murciano: “Ganar y escuchar el himno para mí es una de las cosas más grandes”. Por eso la ilusión también de participar y subir a lo más alto del podio en los próximos Juegos Olímpicos, también en París y también sobre el polvo de ladrillo de Roland Garros.
Recuperación, de récord
Carlitos reconocía tras la primera semana de competición que seguía pensando en la lesión en el antebrazo en el momento de impactar fuerte la pelota. Era algo inevitable porque juega y entrena con una malla compresora que le da seguridad.
Con el paso de los partidos, tanto las sensaciones como la efectividad en ese golpe ha ido en aumento.De sus 226 tiros ganadores, 112 han sido con la derecha, su principal arma.
Juanjo Moreno, su fisio, y Alberto Lledó, su preparador físico, tienen la culpa de la recuperación en tiempo récord. Los dos acudieron el viernes a la sala de prensa para escuchar y estar atentos a su jugador tras el pase a su primera final de Roland Garros. Mientras Moreno estaba con el fenómeno murciano en la bicicleta y en el baño de contrastes, Lledó subió al restaurante para pedir la comida para Carlitos. Todos los detalles importan.
También el que hace referencia a los descansos y la vitamina N de naturaleza. Mientras Zverev se ejercitó ayer por espacio de dos horas, el tenista de El Palmar regresó por segunda vez al inmenso Bosque de Boulogne. Sol en París. Brilla el líder de la Armada.
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