Con la ventaja que tenía de cara a la última etapa (1:02), Primoz Roglic se presentaba en la salida de Thones con todo de cara para certificar su segunda victoria en el Dauphine. Y lo consiguió, pero las sensaciones con las que termina la carrera francesa no son las mejores posibles. Triunfo en la general por ocho segundos tras el órdago final que le planteó Matteo Jorgenson en el puerto definitivo, Plateau des Glières, 9,3 km al 7,3%. La intentona final del estadounidense estuvo muy bien secundada por Carlos Rodríguez, que se alzó con el triunfo de etapa, siguiendo con sus grandes conquistas en la presente campaña y también mostrando su mejor versión de cara al Tour. Finalmente, el sexitano termina cuarto en la general.
Después de dos etapas seguidas del esloveno, Roglic afrontaba este final de semana con el maillot amarillo, mostrando una gran sensación de solvencia durante todos los días… hasta a 5 km de terminar la semana, donde empezó a ceder respecto al resto de favoritos. Terminó salvando los muebles en una jornada animada en la que Sepp Kuss no fue de la partida, pensando en recuperar de la mejor manera posible para el Tour. Jorgenson se quedaba sin un compañero importante, pero no se rendiría. Más bien, al contrario. De salida, una de las cuatro ascensiones del día, Col de la Forclaz, todavía sin tiempo para hacer la fuga. Después, empezaron los ataques y se formaron dos grupos… que finalmente se fusionaron. Entre ellos, el gran protagonista de la escapada el día anterior, Marc Soler. Renta superior a los tres minutos pero opciones complejas de tener éxito.
Por detrás, el Bora del líder y el Lidl-Trek de Ciccone ponían el ritmo. Después, el Ineos hizo lo propio con Castroviejo. Arrancaba la ascensión final con tan solo 50 segundos de renta para los de cabeza, por lo que la victoria estaba un día más por detrás. El Lidl-Trek y el Visma aumentaban una marcha y estaba vez Vlasov no estaba al nivel de otros días para acompañar a Roglic. Guillaume Martin, en su 31 su cumpleaños, fue uno de los últimos que lo probó en la escapada en solitario, pero poco había que hacer. Una vez los favoritos tomaron la delantera, llegaron los movimientos. De Plus agitó el árbol para su compañero Rodríguez y Jorgenson atacó. De manera sorprendente, por lo visto estos días, Roglic no podía seguir su rueda. Quedaban 5 km y al esloveno le tocaba regular para defender el amarillo.
Un gran Gee también se unía al grupo que iba al frente, e incluso llegó a atacar, para consolidar su brillante tercera plaza en el podio. Fue a falta de 2,5 km cuando Jorgenson y Carlos se quedaron al frente, y al estadounidense le interesaba darlo todo en su duelo en la distancia con Roglic. Ciccone estaba con un el esloveno al que no le vino nada mal la compañía del italiano. Carlos se entendió a la perfección con Jorgenson y este último no hizo amago de disputar la etapa al español, en un guion similar a la etapa que ganó esta campaña en la Itzulia con Ayuso (posterior ganador de la general). Buenas sensaciones del andaluz de cara al Tour de su confirmación. Mientras, Roglic salvó los muebles y se lleva la victoria final (como ya hiciera en 2022), que es lo realmente importante, pero con susto en el tramo final. Hasta el último kilómetro todo cuenta y ocho segundos fue el margen final. Próxima parada para que las grandes estrellas se vean las caras: 29 de junio, en Florencia. El inicio de uno de los Tour más esperados de siempre.
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