Ana Peleteiro había avisaba que sus críticos, los que le arreciaban con insultos racistas nada más aterrizar en Roma por vestir los colores de España, iban a tener que cuadrarse ante el himno nacional sonando en su nombre y ha cumplido. La gallega nunca falla, aunque se le pongan las cosas cuesta arriba, y se ha proclamado campeona de Europa con un mejor salto de 14,85m y demuestra una vez más en su carrera deportiva que nadie compite como ella en los momentos de gloria.
Un primer salto de 14,37 metros dejándose nada más y nada menos que 21,8 centímetros en la batida la colocaba primera y casi cimentando una medalla segura. Hay que tener en cuenta que antes de iniciarse el concurso, las marcas de la temporada señalaban a la gallega como la gran favorita al oro con sus 14,75m y sacando 37 centímetros a la segunda que más había saltado del resto de participantes, la búlgara Petrova (14,38m).
En la segunda ronda de saltos, tocaba confirmar que es una de esas atletas que compite de una manera especial, va mejorando con el paso de la competición y no le puede la presión. Justo después de que la también búlgara Nacheva se fuera hasta los 14,35m, superando su marca personal por 12 centímetros, y se colocara a solo dos de su marca, mejoraba su registro bajo la intensa lluvia que arreciaba en la plataforma instalada para los saltos en Stadio Olimpico: 14,46m, volviendo a dejarse más 13 centímetros en la tabla. La de Ribeiro se sentía segura y tenía la mirada de las grandes noches. Solo la tormenta y un talonamiento eficiente escampaban las opciones del gran salto que tiene en las piernas.
La sorpresa llegó con la encargada de cerrar la ronda, la turca Tugba Danismaz, que aprovechaba el trampolín que han preparado en la capital italiana para irse, cuando nadie la esperaba, a los 14.57m para destrozar su marca y batir el récord nacional de su país. Había que apretar y Peleteiro lo hizo, aunque todavía no lo suficiente con un salto de 14.52m. confirmando que iba en progresión y hacía que la mayoría de la grada siguiera creyendo que sería la ganadora final.
Lo ha hecho demasiadas veces y solo necesitó el primer salto en la mejora para romper con todo. Un vuelo que casi le llenó los ojos de lágrimas hasta los 14,85m, su segunda mejor marca tras los 14,87m que le dieron el podio olímpico hace tres años y, claro, la mejor desde que dio a luz a su hija Lúa.
El reencuentro tras el salto con su entrenador, el multicampeón Iván Pedroso, estuvo marcado por la emoción. Una vez más había volado juntos y querían más. Con el oro en el bolsillo, solo quedaba luchar por un salto para la historia superando los 15 metros. No salió, pero ya pone la semilla para que pueda salir en los próximos Juegos Olímpicos de París donde partirá como una de las grandes favoritas al oro.
Es la séptima medalla de Peleteiro en grandes campeonatos y la segunda en un Europeo tras el bronce de Berlín 2018. Este oro se suma al bronce olímpico en Tokio, los bronces mundiales en pista cubierta de Birmingham 2018 y en Glasgow el pasado mes de marzo, y el oro y plata continentales bajo techo que completan su palmarés.
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