La madre del novio, Natalia Grosvenor, la duquesa viuda de Westminster, fue la imagen de la elegancia a su llegada al enlace. Vestida con un elegante traje rosa, estaba rebosante de alegría y saludó a las muchas personas anónimas que se acercaron a los alrededores del templo para ser testigos de una de las bodas del año. Probablemente fue un momento emotivo tanto para la duquesa viuda como para sus hijos, ya que la catedral acogió el funeral de Gerald Grosvenor en 2016.
Llegó acompañada de Lady Edwina Snow, que iba a juego con su madre con un vestido midi rosa escogido para la ocasión. Ahijada de la difunta princesa Diana, está casada con el historiador de televisión Dan Snow, con quien asistió como invitada a la boda del príncipe Harry con Meghan Markle en 2018.
A ellas también se unieron Lady Tamara van Cutsem y Lady Viola Roberts para formar un cuarteto de mujeres que brillaron a la entrada de la catedral.
En 2004, el príncipe Guillermo ejerció de acomodador en la boda de la hermana mayor de Hugh, Lady Tamara, con el ahijado del rey Carlos III (y antiguo paje) Edward van Cutsem. Según un periódico local, la multitud gritó: “¡Cásate conmigo, Guillermo!” al paso del heredero al trono que por entonces tenía 22 años. La pareja ha tenido tres hijos: Jake, de 15 años, Louis, de 12, e Isla, de ocho. Lady Viola, la más joven de las tres, se casó discretamente hace dos años con Angus Roberts, Guardia Real de Dragones Escoceses.
Artículo publicado en Tatler y traducido. Acceda al original aquí.
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