(CNN) — Cuando Elana Milman publicó una autobiografía el año pasado sobre su búsqueda de toda la vida para encontrar a sus padres biológicos, aceptó que nunca sabría la identidad de su padre.
Pero gracias a una prueba de ADN y a un serio “trabajo de detective genealógico” Milman, una profesora jubilada de 77 años nacida en un campo de desplazados en Bergen-Belsen, acaba de regresar de Polonia donde tuvo un emotivo encuentro con el hermano que no sabía que tenía hasta principios de este año.
Al crecer en un kibutz en el norte de Israel, Milman no tenía idea de que su madre y su padre no eran sus padres biológicos hasta que tuvo seis años, cuando recuerda que un amigo le compartió el “gran secreto” que había escuchado.
“Recuerdo esta sensación como si fuera ayer, como una especie de puñalada en el estómago”, dijo Milman, una maestra jubilada, a CNN en una videollamada.
Cuando los confrontaron, sus padres admitieron que no la habían traído al mundo, pero dijeron que la amaban y que la estaban criando para que tuviera una “vida maravillosa”.
A lo largo de los años, cada vez que intentaba hablar de ello, le decían: “Cuando seas grande, lo sabrás”.
No fue hasta los 30 años que Milman finalmente descubrió su certificado de nacimiento, lo que, después de una investigación meticulosa, la llevó hasta su madre biológica en Canadá.
El certificado de nacimiento mostraba que Helena Lewinska nació de una mujer judía polaca llamada Franziska Lewinska en 1947 en el campo de desplazados de Bergen-Belsen, cerca del sitio del antiguo campo de concentración nazi del mismo nombre.
Sin embargo, en 1948 llegó a lo que entonces era Palestina, apenas unos meses antes de la independencia de Israel, como parte de un grupo de niños no acompañados de una Europa devastada por la guerra. Fue adoptada por una pareja sin hijos, Eliezer y Hulda Rosenfeld, del Kibbutz Merhavia, cerca de Haifa.
Contra todo pronóstico, Milman finalmente localizó a su madre biológica en Canadá, que se había casado y cambiado de nombre, e incluso pasó un año allí con su familia. Las dos se hicieron cercanas durante varios años y aunque su madre, conocida como Franka, compartió mucho sobre su pasado en tiempos de guerra antes de morir en la década de 1980: cómo sobrevivió al Holocausto escapando del gueto de Varsovia y viviendo al otro lado de la ciudad bajo una identidad falsa y cómo sus padres y hermanos perecieron en el campo de exterminio nazi de Treblinka; se negó a revelar la identidad del padre de Milman.
En el certificado de nacimiento de Milman figuraba como Eugeniusz Lewinski, pero su investigación chocó contra un muro ya que no encontró evidencia de nadie con ese nombre.
“Cada vez que le preguntaba a mi madre sobre qué le pasó durante la guerra y quién era mi padre, ella me contaba historias diferentes”, le dijo a CNN. “Cuando la molesté demasiado, ella dijo: ‘lo único que puedo decirte es que era un muy buen cantante y bailarín y muy guapo'”.
El año pasado Milman, que tiene cuatro hijos y 10 nietos, publicó una autobiografía acertadamente titulada “Cuando seas grande, lo sabrás”. En una entrevista con una revista israelí en ese momento, dijo que había aceptado el hecho de no saber nunca quién era su padre.
Lo que no sabía era que Gilad Japhet, fundador y director ejecutivo de la plataforma de genealogía MyHeritage, leería el artículo y se lo pasaría a su equipo de investigación, preguntando “¿podemos ayudar?”.
Con el consentimiento de Milman, se embarcaron en una “labor detectivesca genealógico”, según Roi Mandel, director de investigación de MyHeritage.
Había pocas pistas para seguir adelante y parecía como si Lewinska, por alguna razón, le hubiera dado al “padre” en el certificado de nacimiento la versión masculina de su apellido para crear la impresión de que habían estado casados.
Pero entonces Milman se hizo una prueba de ADN, que resultó crucial. Mostraba que era 50% judía asquenazí y 50% europea del este y revelaba una coincidencia con una mujer polaca que vivía en Francia. Compartían el 2,3% de su ADN, lo que significa que tenían un par de bisabuelos en común.
La mujer polaca no pudo explicar la conexión, pero tenía un pequeño árbol genealógico, que MyHeritage construyó utilizando su extensa base de datos de documentos históricos y con la ayuda de un investigador profesional que rastreó los archivos en Polonia.
“Afortunadamente para nosotros, la prueba de ADN y la pequeña coincidencia encontrada para Elana con un usuario polaco fue la pista que necesitábamos”, dijo Mandel a CNN en un correo electrónico.
“La investigación duró seis meses, durante los cuales mapeamos la familia, mapeamos ocho pares de bisabuelos y profundizamos en cada rama y su descendiente masculino. Marcamos a los candidatos potenciales, que estaban en el lugar correcto, en el momento correcto y en la edad correcta”.
Ese momento, estimaron los investigadores, fue entre el 24 y el 28 de abril de 1946, lo que los dejó con seis principales sospechosos.
Afortunadamente, tuvieron suerte la primera vez, después de decidir centrarse en un hombre que compartía el mismo nombre de pila con la entrada del certificado de nacimiento: Eugeniusz Gorzkoś.
Posteriormente, el equipo de Mandel encontró y contactó al hijo de Gorzkoś, Juliusz, un veterinario jubilado de 72 años en el norte de Polonia.
Sorprendido pero intrigado, aceptó hacerse una prueba de ADN, que demostró que él y Milman eran medio hermanos.
Ambos se “conocieron” por primera vez en una reunión virtual facilitada por MyHeritage en marzo. Hablando a través de un intérprete, Milman le dijo a su hermano que conocer su identidad había sido el “proyecto de mi vida”.
Gorzkoś le dijo a su hermana que su padre era un virtuoso violinista y cantante, lo que provocó que Milman se echara a llorar y dijera: “¿Era violinista? Dios mío, yo también tocaba el violín. ¡Diez años! Tocaba en una orquesta y también era cantante”.
El mes pasado viajó a Polonia para encontrarse con Gorzkoś, acompañada de su nieta adulta. Fueron recibidas en el aeropuerto con flores y cálidos abrazos por su hermano y uno de sus hijos. “Inmediatamente sentí que la sangre no es agua”, dijo a CNN.
Las dos mujeres pasaron varios días en la casa de Gorzkoś en el pueblo de Blizno, al noroeste de la capital, Varsovia, donde su hijo, de habla inglesa, actuó como intermediario.
“Mi familia dijo que nos parecemos”, contó Milman, añadiendo que también había conocido a la hermana de Gorzkoś, Ewa, otra medio hermana de Milman, con quien no había hablado antes.
“Me prepararon un álbum, de mi padre con su familia”, dijo y agregó que notó un parecido físico “increíble” con algunos de su propia familia.
Milman dijo que estaba “muy feliz” de haberse conectado con su hermano y su familia, y dijo que fue “mucho más allá” de todo lo que esperaba.
También viajó a Varsovia con su nieta y uno de los hijos de su hermano. Mientras estaban allí, se encontraron en un punto que le dio “escalofríos” a Milman.
A un lado de la calle había un monumento que indicaba un muro que separaba el gueto judío del resto de la ciudad. A sólo unos pasos de allí había un cartel que conmemoraba a los combatientes de la resistencia que fueron fusilados en el acto por las fuerzas alemanas mientras sofocaban el Levantamiento de Varsovia de 1944, liderado por la resistencia polaca, conocida como Armia Krajowa (Ejército Nacional).
Dijo que fue un “momento decisivo” del viaje, cuando se dio cuenta de que estaba en un lugar donde sus padres se habían enfrentado a los nazis hace 80 años.
“Soy descendiente de una madre judía polaca, sobreviviente del gueto de Varsovia, y de un padre polaco-católico, un ex combatiente del Armia Krajowa que fue herido y capturado el primer día del levantamiento polaco el 1 de agosto de 1944″.
Y añadió: “Finalmente cerré el círculo de mi pertenencia, tanto paterna como materna”.
Gorzkoś le dijo a CNN que “nada en mis sueños más profundos” podría haberlo preparado para conocer a otra hermana.
“Estaba pensando que ya estaba llegando al final de mis días”, dijo en videollamada con CNN. Pero la conexión lo dejó sintiendo “nací hace unos meses”.
Gorzkoś dijo que su padre murió en 1966 pero que “apenas lo recuerda”, ya que Eugeniusz y su madre se separaron cuando él era muy joven. “Ni siquiera se me ocurrió que mi familia estaba incompleta”, dijo. “Es bastante sorprendente”.
Sobre la reciente visita de Milman, dijo: “Después de unas horas ya no parecía que no nos conociéramos; sentíamos casi como si nos conociéramos desde hacía mucho tiempo”.
Gorzkoś le dijo a CNN que Eugeniusz era demasiado joven para ser llamado a filas al estallar la guerra, pero se unió a la resistencia en 1940. Tres años más tarde, los alemanes lo arrestaron por distribuir folletos de la resistencia y lo encarcelaron en Varsovia, donde estuvo retenido durante varios meses.
Según su hijo, resultó herido en el Levantamiento de Varsovia de 1944, tras lo cual fue enviado a un campo de prisioneros de guerra en Alemania, donde estuvo al momento de la liberación.
Quizás allí conoció a Lewinska, a menos que sus caminos ya se hubieran cruzado en Varsovia durante la guerra. El alcance de su relación sigue siendo un misterio y, aunque puede especular, Milman acepta que nunca sabrá la verdad.
“En este momento eso no me importa en comparación con cuando escribí el libro y pensé que esto era lo más importante. Ya no”, dijo. Su autobiografía pronto estará disponible en Amazon en inglés, titulada “Los secretos que guardó mi madre”.
Mandel dijo que MyHeritage había sentido “el deber” de ayudar a Milman. En el proyecto se invirtieron muchas horas de investigación detallada y cierta “intuición saludable”, subrayó, pero la tecnología moderna fue clave.
“Cuando la prueba de ADN confirmó los hallazgos y demostró sin lugar a dudas que habíamos encontrado un medio hermano de Elana y la identidad de su padre, sentimos un gran orgullo y una inmensa emoción. El círculo para Elana está cerrado”, afirmó.
Estos factores explican por qué, en parte, los secretos familiares largamente enterrados recién están saliendo a la luz.
“Aunque han pasado 80 años desde la guerra, estamos siendo testigos de un aumento en la cantidad de historias relacionadas y nuevos descubrimientos, debido a la disponibilidad de plataformas digitales como MyHeritage que hacen que los archivos sean accesibles digitalmente”, dijo Mandel.
“Además, como en este caso, las pruebas de ADN permiten confirmar científica y definitivamente una hipótesis de investigación y, en ocasiones, ser la base de una investigación histórica y el punto de partida. La tecnología nos permite completar el rompecabezas con las piezas que faltan”, explicó Mandel.
Antonia Mortensen de CNN contribuyó a este informe.
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