Madrid
Asà fue la caza del asesino del hermano de Begoña VillacÃs, un neonazi vinculado al tráfico de drogas
La PolicÃa Nacional detiene a Kevin P. E. y al marroquà Ismael E. I. V., en la localidad toledana de Yuncos
El entorno del fallecido insiste: «La cita fue para pegarse porque les habÃa quemado un coche, y no por drogas»
Pan Bendito-Bargas: la conexión entre los asesinos del hermano de Begoña VillacÃs con dos narcopisos con armas
La PolicÃa Nacional ha conseguido, en apenas 24 horas, detener a tres personas en relación con el asesinato, el pasado martes en El Pardo, de Borja, el hermano pequeño de 41 años de Begoña VillacÃs, exvicealcaldesa de Madrid (2019-2023). Este miércoles el Grupo Especial de Operaciones (GEO) participó en el dispositivo en el que fueron arrestados dos varones, un español y un marroquÃ, en un pinar junto al cementerio de Yuncos y en la calle de AzorÃn de una urbanización de este pueblo toledano.
Son Kevin P. E., español de 25 años, considerado uno de los dos autores materiales de los disparos que acabaron con la vida de Borja y dejaron malherido a su amigo Luis F. Ã., ingresado en la Fundación Jiménez DÃaz por heridas de postas en la cabeza. Sobre el magrebÃ, Ismael E. I. V., 24, está por aclarar su implicación en los hechos, aunque sà participó en una rencilla previa con el grupo de VillacÃs y se sospecha que fue el otro pistolero.
Era el que ‘alojaba’ en la vivienda de Yuncos a Kevin. El primero fue apresado cuando iba a escapar en coche y el español cuando se dirigÃa a una furgoneta para huir, tras percatarse del dispositivo policial; corrió por el campo, pero fue cazado rápidamente. HabÃa un magrebà más, llamado Omar, junto a él, pero finalmente no quedó arrestado por no tener relación con el crimen.
En la detención realizada junto al cementerio, alumnos del cercano IES La Cañuela escucharon como detonaciones mientras que a los vecinos de la calle de AzorÃn, a un kilómetro, les asustó el vuelo bajo de un helicóptero sobre sus cabezas. El arresto en esta vÃa pública se practicó sobre las dos de la tarde, cuando los alumnos del colegio Villa de Yuncos se marchaban del comedor. El detenido acababa de salir de un chalé adosado que está okupado en el número 33 desde hace unos cuatro años, cuando varios agentes, algunos pistola en mano, se le echaron encima. «El martes por la noche, hubo movimiento en la casa, como si se estuvieran llevando cosas», relataba una vecina una hora antes de que la PolicÃa Nacional y la Guardia Civil comenzase un registro a las seis y media de la tarde en el número 33.
A esto hay que sumar que menos de dos horas después del suceso, los agentes cazaron en la gasolinera Shell de Antonio Leyva, junto a la Plaza ElÃptica, a la conductora del BMW X2 de los atacantes y madre de Kevin. Es una mujer de 52 años, catalana pero que ha residido en La Rioja y Miranda de Ebro (Burgos). Desde 2019 vivÃa en Bargas (Toledo), donde trabajaba supuestamente como cuidadora y peluquera de perros.
Kevin conocÃa a Borja y a Luis desde hacÃa años. De hecho, son todos de ideologÃa neonazi. El primero fue condenado a once meses de libertad vigilada y a una multa por participar en 2016 en una terrible agresión con arma blanca a dos jóvenes del Rayo Vallecano, por ser de ideologÃa opuesta. Ocurrió en San Sebastián de los Reyes cuando aún tenÃa 17 años. El otro menor investigado entonces quedó absuelto, mientras que el único adulto era el ultra Luis Alberto GarcÃa, alias ‘Fofi’, un viejo conocido en la Brigada de Información que en 2022 fue condenado a 12 años de cárcel por estos hechos. Atacaron a las vÃctimas en un bar al grito de consignas que enaltecÃan a Hitler.
«¿Pero qué hacéis?»
La relación entre Kevin, vinculado ya como mayor de edad al tráfico de drogas en su barrio, Pan Bendito (Carabanchel), y el grupo de Borja se torció cuando él e Ismael quemaron recientemente un coche a Luis, que los denunció. La enemistad a raÃz de ese ataque fue el que llevó a la cita del martes en la M-612, donde según han explicado el superviviente y sus allegados, no esperaban que les atacaran con armas de fuego. De hecho, el papel de VillacÃs en el encuentro iba a ser «de mediador», según su cÃrculo.
Pero el encuentro se torció cuando llegaron en un BMW gris plata Kevin con su madre, que iba al volante y les cerró el paso. «Luis creyó escuchar un disparo y fue cuando aceleró y chocó contra el vehÃculo de ellos. De la parte trasera salieron los dos pistoleros y le dispararon con la escopeta de postas, pero se agachó y solo le dieron de refilón en la cabeza. Luego, salió Borja del Citroën blanco en el que iba con su amigo pidiendo explicaciones por los tiros», es la explicación que han dado a los investigadores del Grupo V de Homicidios. «Gritó: ¿qué hacéis?» y la respuesta fue abatirlo con un fusil del calibre 7,62. Le impactaron en un brazo y la misma bala le dio en la cara, destrozándosela; el otro proyectil fue directo al pecho. Murió en el instante, en la cuneta.
Los atacantes pensaron que habÃan matado a ambos y aceleraron por la M-612, en dirección a Montecarlo, y al pasar por la carretera de Fuencarral, pararon a cambiar las matrÃculas del BMW. Es el momento que captaron con su móvil empleados de Mediaset, que está justo enfrente. Se ve cómo MarÃa José P. J., la conductora (con antecedentes por agresión y tráfico de drogas) tapa a su hijo mientras que hace el cambio de las matrÃculas. Y abandonan una caja con armas de fuego, largas y cortas, detrás de un montÃculo. La mujer se marcha en el coche y sus acompañantes lo hacen a pie, campo a través.
Mientras, en El Pardo, uno de los que acompañaban a Luis y Borja en otro coche tomó al primero y lo llevó a la Fundación Jiménez DÃaz, donde el herido gritaba al llegar: «¡Me han disparado! ¡Me han disparado!». Tanto su testimonio como el de otros amigos es la versión que han dado. La PolicÃa Nacional, sin embargo, recela sobre la naturaleza de este relato: «Si quedaron para un vuelco de droga o para saldar una deuda, está claro que no lo van a reconocer», indican fuentes de la investigación.
En cuanto al Citroën C3 Aircross blanco donde viajaba Borja como copiloto de Luis, era alquilado, pero lo cierto es que no lo hicieron para ese dÃa; llevaban con el arrendamiento hacÃa aproximadamente un mes. Fue trasladado a la Brigada de PolicÃa CientÃfica, para su análisis. Fuentes de toda solvencia explican que no han hallado droga ni dinero en el interior. Eso sÃ, en la puerta delantera derecha habÃa una defensa extensible (que están prohibidas) y un conjunto de fotos de hombres (por ahora, desconocidos) sujetas con un clip. También se hablaba de que VillacÃs llevaba encima un sobre con dinero en efectivo, aunque este extremo no está confirmado.
Estaba encartado en dos piezas de narcotráfico de la Audiencia Nacional, una por presunto blanqueo de capitales y otra por ser el encargado de una ‘guarderÃa’ de droga en la zona noreste de Madrid. Sus amigos, sin embargo, dicen que estaba lejos de ese mundo y que actualmente trabajaba como taxista para un amigo neonazi que tiene una licencia.
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