México, un país donde la cultura machista está muy enraizada, tendrá al frente de la presidencia, por vez primera en su historia, a una mujer, Claudia Sheinbaum, la aspirante del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido izquierdista fundado por el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pulverizó las expectativas y arrasó en los comicios presidenciales celebrados este domingo en el país. Éstas son algunas de las claves del triunfo de la formación populista, que se ha extendido al Congreso y a un buen número de gobernadurías en estados federados, y del futuro inmediato que depara al país latinoamericano el resultado en las urnas.

Un triunfo por un margen muy superior al esperado

“Sorprendente”. Éste fue el calificativo que le dedicó la cadena CNN al triunfo de Claudia Sheinbaum en las presidenciales de México. No por inesperado, ya que casi todas las encuestas coincidían en adelantarlo, sino por el margen porcentual de 30 puntos que separaba a la presidenta electa de su inmediata rival, Xóchitl Gálvez en los datos del escrutinio de votos ofrecido por el Instituto Nacional Electoral. Todos los sondeos indicaban una distancia de dos dígitos, en ocasiones de hasta 20 puntos, pero nunca de 30. “Siempre se dijo que Sheinbaum ganaría, pero no por un margen superior al de su mentor, AMLO”, a quien las encuestas conceden un 60% de aprobación entre los ciudadanos, señala Dolia Estévez, una conocida periodista mexicana.

En una muestra de ‘fair play’, la candidata opositora admitió su derrota en la misma noche electoral llamando por teléfono a su rival, pero en su discurso ante sus partidarios denunció que el proceso electoral fue profundamente inequitativo. “La campaña ha estado marcada por la intervención constante del poder ejecutivo y el uso faccioso de los programas sociales”, en referencia a las subvenciones a sectores desfavorecidos de la sociedad.

Triunfo también en la capital y en los estados federados

El manto hegemónico de Morena y sus aliados, el Partido de los Trabajadores (PT, de férrea ideología comunista) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) se extiende entre las autoridades locales y regionales. Clara Brugada, la aspirante de Morena a la jefatura de la Ciudad de México, una liza de gran importancia para la oposición ya que en los últimos meses se había detectado un importante poso de descontento hacia la formación oficialista entre las clases medias de la capital, obtuvo también la victoria con un 52% de los votos, 14 puntos por encima del candidato de la alianza opositora de tres partidos, que recabó alrededor de un 39% de los sufragios.

También se dilucidaban en estos comicios los puestos de gobernador de ocho estados federados, Morena no solo retiene los ejecutivos de Chiapas, Morelos, Puebla, Tabasco y Veracruz, sino que añade otra arrebatándosela a la oposición, la de Yucatán, en una reñida elección en la que su candidato, Joaquín Jesús Díaz Mena, se impuso por ocho puntos a su rival, Renán Alberto Barrera Concha. En los dos estados restantes, Guanajuato se mantiene en manos de la oposición, mientras que Jalisco consiguió imponerse Pablo lemus Navarro, de Movimiento Ciudadano, la tercera fuerza política en discordia.

Posibles cambios constitucionales si hay mayoría cualificada en el Congreso

Casi tanto como en el resultado de la elección presidencial, los ojos de periodistas y observadores electorales estaban puestos en el resultado de las elecciones al Congreso de la Unión, el Parlamento bicameral. Y de acuerdo con los resultados ofrecidos por el Instituto Nacional Electoral, en la Cámara de Diputados, Morena, el PT y el PVEM, las tres formaciones de la coalición victoriosa, obtendrán entre 346 y 380 escaños, superando la mayoría cualificada de dos tercios necesaria para modificar la Constitución. En el Senado, la Cámara alta, los partidos oficialistas obtendrían entre 76 y 88 escaños, cuando la cifra necesaria para dotarse de una mayoría cualificada es de 86. Se trata de un tema de vital importancia, ya que existe un denominado plan C de Morena y aliados para modificar la Carta Magna y elegir a los jueces de la Corte Suprema de Justicia por sufragio universal, erosionando los contrapesos del Estado de derecho en el país.

Por el momento, Sheinbaum se ha mostrado conciliadora, y en su intervención posterior a su triunfo, admitió que muchos mexicanos no comparten su programa de Gobierno. “Garantizaremos las libertades de expresión; respetaremos las libertades de expresión, de prensa, de reunión… somos demócratas y por convicción nunca haríamos un gobierno autoritario y represor”. Gálvez, por su parte, advirtió entre vítores a la formación oficialista que ella y sus partidarios saldrían a la calle “todas las veces que fuese necesario” para “defender a la república y la Constitución”.

El estilo y el modo de gobernar de Sheinbaum, toda una incógnita

Con una sólida formación científica, y de maneras mucho más suaves que su predecesor en el cargo, las formas de gobernar y relacionarse con la prensa y la oposición de Sheinbaum importarán mucho. El presidente saliente AMLO generó grandes dosis de crispación y polarización debido a sus intervenciones diarias de tres horas en ‘La Mañanera’, el programa diario de tres horas durante las que atacaba con furia a quienes osaban criticarle, y hasta países extranjeros como España con los que mantenía diferendos. La vencedora ya ha hablado de modificar este formato, alegando diferencias de temperamento y estilo con su mentor, aunque sí ha explicitado que quiere mantener un canal de comunicación directo con la ciudadanía acerca de su acción de Gobierno. “Solo con que no haya mañaneras, se respirará otra atmósfera en el país”, subraya la periodista Estévez.

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