¿Una década perdida? El Banco Central reduce el crecimiento de largo plazo esperado para la economía chilena
El Banco Central de Chile ha revisado a la baja sus proyecciones de crecimiento económico de largo plazo para el país, lo que ha generado preocupación entre los analistas y ha llevado a algunos a preguntarse si Chile enfrenta una “década perdida”.
De acuerdo con las últimas estimaciones del organismo, la economía chilena crecería en promedio un 1,8% anual en los próximos diez años, una reducción significativa comparada con el 2,5% proyectado en el informe de septiembre de 2022.
Factores que influyen en la desaceleración económica
- Inestabilidad política y social: Las protestas y el estancamiento del proceso constituyente han generado incertidumbre, afectando la confianza de los inversionistas.
- Desaceleración global: El contexto internacional, marcado por la guerra en Ucrania y las tensiones comerciales, ha impactado negativamente en el comercio y la demanda externa.
- Altos niveles de deuda: El elevado endeudamiento de las familias y empresas chilenas limita su capacidad de consumo e inversión.
Implicaciones para la política económica
Ante este escenario, el Banco Central y el gobierno chileno se enfrentan al desafío de implementar medidas que impulsen el crecimiento y la productividad. Algunas de las propuestas incluyen:
- Reformas estructurales: Avanzar en reformas que fomenten la competencia, mejoren la educación y faciliten la creación de empresas.
- Incentivos a la inversión: Ofrecer incentivos fiscales y crediticios para estimular la inversión privada en sectores estratégicos.
- Políticas sociales: Fortalecer las redes de protección social para amortiguar el impacto de la desaceleración en los sectores más vulnerables.
Desafíos y oportunidades
Aunque la revisión a la baja del crecimiento esperado plantea desafíos importantes, Chile cuenta con fortalezas que le permiten enfrentar esta coyuntura. Su sólido marco institucional, su economía diversificada y su posición fiscal relativamente sana son factores que podrían ayudar al país a recuperar el dinamismo económico en el mediano plazo.
Sin embargo, será crucial que las autoridades diseñen e implementen políticas efectivas para superar los obstáculos y aprovechar las oportunidades de crecimiento. La colaboración entre el sector público y privado, así como la capacidad de adaptación y resiliencia, serán fundamentales para evitar una “década perdida” y consolidar el desarrollo sustentable de Chile.
Fuente: Diario Financiero
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¿Una década perdida? El BC reduce el crecimiento de largo plazo esperado para la economía chilena | Diario Financiero
Los años del Aylwin con crecimiento del 7% son la Copa América de los economistas: weas que pasan bajo circunstancias únicas una vez cada 100 años, pero que por alguna razón pretenden que sea la norma y no la excepción
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**La economía chilena llevaba cerca de una década creciendo en promedio en torno o bajo el 2%, escenario que no cambiará en los próximos 10 años.**
Así lo estima el Banco Central en uno de los recuadros que son parte del Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre, donde recortó en una décima su proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) tendencial, a un 1,8% para el lapso 2025-2034. En diciembre, había calculado el crecimiento de largo plazo para el período comprendido entre 2024 y 2033.
“Esto, en un contexto en el cual el crecimiento tendencial no minero decae en el tiempo por la paulatina menor incidencia de la recuperación de la participación laboral a niveles pre-pandemia”, explica el instituto emisor.
El crecimiento tendencial se refiere a la expansión de la economía en el largo plazo, por lo que difiere del PIB potencial, que hace referencia al ritmo de actividad económica que no genera presiones sobre la inflación.
Según el banco, la estimación considera dos escenarios alternativos que arrojan trayectorias similares para el crecimiento tendencial no minero. La pesimista considera una convergencia menos favorable de variables como horas trabajadas y tasas de participación a niveles de países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). La optimista considera una convergencia más favorable de estas variables a niveles de la OCDE y mayor inversión en proyectos no mineros asociados a la transición energética, los que podrían tener impactos “significativos” en el nivel de inversión del próximo decenio, dice el reporte.
Los factores El IPoM desglosa los factores que explicarán el PIB tendencial en la próxima década. Así, 1,1 puntos de la variación serán aportados por el capital, 0,4 punto por el trabajo y 0,35 punto por la productividad total de factores (PTF).
Para obtener el crecimiento tendencial del PIB total, se añade una proyección de crecimiento para el sector minero, que se estima será 1,9% por año en el decenio 2025-2034. Este valor es 0,4 punto porcentual (pp.) más alto que el empleado en 2023 para el decenio 2024-2033, lo que refleja las mejores perspectivas para el sector minero, principalmente debido a la producción de litio, explica el instituto emisor.
Ahora, para efectos del cálculo de las proyecciones de mediano plazo de este IPoM, se utiliza el crecimiento promedio del PIB tendencial no minero del quinquenio 2025-2029, que corresponde a 2%: “Este horizonte temporal es el adecuado para alimentar las proyecciones de mediano plazo, dado que horizontes más largos corresponden a una economía cuyos factores productivos se proyectan significativamente diferentes a los relevantes para el horizonte de proyección de mediano plazo”, complementa el reporte.
Se mantiene la tasa neutral El nivel de crecimiento de tendencia de la economía también tiene efecto sobre la Tasa de Política Monetaria (TPM) neutral, que se refiere al nivel del interés rector que no es ni expansiva ni contractiva para la economía.
En los IPoM de diciembre de 2022 y del mismo mes del 2023, el Banco Central había incrementado este valor, pero en el reporte de septiembre lo mantuvo en una cifra en torno al 4%.
En detalle, la media y mediana de la TPM neutral se mantienen en torno a 1%, con un rango aproximado entre 0,5 y 1,5% en términos reales. En términos nominales, y dada la meta de inflación de 3%, la media y la mediana de las estimaciones son cercanas al 4%.
En el IPoM, se explica que la tasa de referencia se ve afectada por movimientos de baja frecuencia en diversos factores. Por ejemplo, caídas en la tasa de crecimiento de la productividad o de la población, o aumentos en la preferencia por activos seguros y líquidos, tienden a producir caídas en la TPM neutral. Por otra parte, una mayor oferta de activos libres de riesgo -por ejemplo, ante un mayor endeudamiento público- o una mayor inversión que lleve a menor demanda por estos activos tienden a reducir su precio y subir su rendimiento, lo que tendería a aumentar la tasa neutral. Finalmente, cambios en las tasas neutrales de otros países pueden afectar la TPM neutral local en un contexto de mercados financieros integrados.
Serían 20 años perdidos.