El presidente de la Junta reorganizar su gobierno e incorpora a una médico independiente, Rocío Hernández, en sustitución de Catalina García y ficha a una inspectora para Educación

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha destituido este lunes a la que en los dos últimos años ha sido la consejera de Salud. Catalina García, en la diana de organizaciones sindicales, profesionales y de la oposición política por su gestión del sistema sanitario público, será sustituida por Rocío Hernández Soto, médico pediatra, sin adscripción política y directora, hasta su nombramiento, del distrito sanitario de Atención Primeria Aljarafe, Sevilla Norte.

El relevo de García había sido reiteradamente exigido tanto por los partidos políticos de la oposición como por los principales colectivos profesionales, que la consideraban responsable de una gestión que califican de desastrosa y que se había caracterizado por graves problemas sobre todo en la atención primeria, muy saturada, y por un incremento desmesurado de las listas de espera.

A los problemas, evidentes, en el día a día de la sanidad andaluza se suman escándalos como el que protagonizó su ex número dos, Miguel Ángel Guzmán, fichado como director médico de Asisa al poco de dejar su puesto y después de haberle adjudicado contratos millonarios. El caso llegó hasta la Oficina Anticorrupción, aunque finalmente quedó en nada.

Guzmán dimitió a finales del año pasado al mismo tiempo que el gerente del Servicio Andaluz de Salud (SAS), Diego Agustín Vargas, en plena crisis de las listas de espera. Unos meses antes, en septiembre, abandonó su cargo el director de Asistencia Sanitaria del SAS, Luis Martínez Hervás.

Con todo, Moreno no prescinde de Catalina García en su gobierno y la nombra consejera de Sostenibilidad, puesto que hasta ahora recaía en Ramón Fernández Pacheco, que pasará a gestionar la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural en una remodelación del ejecutivo que incluye el aumento del número de departamentos (con uno más), y el fichaje de otra mujer independiente, Carmen Castillo, como consejera de Desarrollo Educativo. Castillo, funcionaria del Servicio de Inspección, fue viceconsejera de Educación en la etapa de Javier Imbroda.

Patricia del Pozo, que era la titular de Desarrollo Educativo, vuelve a un área que conoce bien y donde ya fue consejera, la de Cultura, a la que suma las competencias en materia de Deporte. Por su parte, Arturo Bernal, que era consejero de Turismo, Cultura y Deporte, será consejero de Turismo y Andalucía Global. Por último, el presidente andaluz ha decidido cambiar de portavoz y en lugar de Fernández Pacheco, que lo ha sido estos dos años, ha colocado a la consejera de Economía y Hacienda, Carolina España. El resto del ejecutivo se queda como estaba al comienzo de esta legislatura: Antonio Sanz, como consejero de Presidencia; Carolina España, Economía y Hacienda; José Antonio Nieto, Justicia; Loles López, Inclusión Social; Industria, Jorge Paradela; José Carlos Gómez Villamandos, en Universidades; Rocío Díaz, en Fomento; y Rocío Blanco, en Empleo.

La crisis de gobierno que ahora Moreno ha zanjado con estos cambios comenzó hace algo más de dos meses, cuando la entonces consejera de Agricultura, Pesca y Ganadería, Carmen Crespo, dejó su puesto para formar parte de la lista del PP a las elecciones europeas del pasado junio. Aquella salida, la primera desde la formación de este segundo gobierno popular, podría haberse saldado con una simple sustitución, el nombramiento de un nuevo consejero, o consejera para mantener el equilibrio de género, pero el presidente de la Junta prefirió aprovechar la ocasión para realizar algunos ajustes en su equipo y y, sobre todo, para darle un nuevo impulso a la legislatura justo cuando llega a su ecuador.

La vista, en las elecciones de 2026

En el ejecutivo y en la sala de máquinas del Partido Popular Andaluz trabajan ya con la vista puesta en las elecciones autonómicas de 2026 y son conscientes de la necesidad de relanzar la actividad del gobierno, que en la primera mitad de la legislatura ha sido menos intensa que la de la primera legislatura, la de coalición con Ciudadanos.

En el PP-A saben que, pese a las encuestas favorables que predicen un tercer mandato para Moreno, la situación política es volátil y no quieren dar nada por seguro. Más aún después del varapalo que ha supuesto, tanto a nivel judicial como político, la reescritura que la mayoría afín al PSOE en el Tribunal Constitucional ha hecho del caso de los ERE, anulando las condenas, entre otros, de los ex presidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán.

De hecho, las sentencias del TC borrando los delitos de prevaricación y malversación en la pieza principal del fraude de los ERE ha envalentonado al PSOE andaluz y a su secretario general, Juan Espadas, hasta el punto de que han pasado a la ofensiva contra el PP tras años de perfil bajo con querellas incluidas a algunos de sus más destacados líderes.

Dos meses han pasado desde la salida de Crespo en los que se ha especulado con la magnitud de la crisis que pretendía abrir Moreno, sobre los cambios, o no, de consejeros y el trasvase de competencias que se iba a producir, lo único que en todo este tiempo ha confirmado el presidente, quien siempre insistió -y lo mismo su entorno- en que los cambios iban a ser más de organización que de nombres, aunque finalmente sí ha habido baile de nombres y los cambios han sido bastante más profundos.

En estos dos meses, el presidente ha mantenido en tensión a sus consejeros y, por extensión, a los equipos de los distintos departamentos, examinando la gestión de cada consejería antes de tomar la decisión que este lunes ha comunicado, uno a uno, a los miembros del Consejo de Gobierno, a los que ha ido citando en el Palacio de San Telmo desde primera hora de la mañana.

Las sucesivas encuestas que se han realizado en estos meses -especialmente las del Centro de Estudios Andaluces (Centra), dependiente de la Consejería de Presidencia- han certificado el vigor electoral del PP y, muy particularmente de Moreno, que disipó cualquier duda encadenando su cuarto triunfo consecutivo en las urnas, en las europeas, después de sumar victoria tras victoria en las autonómicas de 2022 y las locales y generales del año pasado.

El último barómetro del Centra, elaborado este junio, justo cuando se han cumplido dos años de las elecciones andaluzas del pasado 19 de junio de 2022, señala que Juanma Moreno lograría blindar la mayoría absoluta de 58 escaños que tiene, pese al desgaste de los dos años de gobierno, y podría incluso lograr un diputado más. El 41,6% de los votos que le otorga en CIS andaluz le valdrían para obtener entre 57 y 59 escaños en la Cámara andaluza.

Por su parte, el PSOE andaluz, que lidera Juan Espadas, experimentaba una leve subida respecto al anterior sondeo del Centra del pasado marzo y podría situarse en 31 escaños, en el escenario más optimista.

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Por Diario

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