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Aunque la temporada de huracanes comenzó el 1 de junio, en cuestión de días, cuando llegue el mes de agosto, Puerto Rico entrará al pico de actividad ciclónica.
Además de alistar los equipos de emergencia que se tengan a mano, como abanicos recargables, reservas de agua y generadores, ¿cómo se debe preparar una vivienda de cara a un eventual ciclón?
“Lo primero es que deben saber si viven en zona inundable”, aconsejó Alexandra Betancourt, presidenta del Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico (CAAPR). Esta recomendación se torna crucial a la luz de las revisiones recientes de los mapas de inundación que ha publicado la Agencia Federal para el Manejo de Emergencia (FEMA, en inglés).
A esto se agrega que, del 2020 al presente, Puerto Rico ha tenido una explosión en compraventas de vivienda, lo que apunta a que miles de personas no pasaron el huracán María del 2017 en la propiedad donde hoy residen y desconocen los puntos débiles de su actual residencia.
Con esto en mente, Betancourt instó a “verificar elementos alrededor de la casa para evitar inundaciones, como los drenajes del techo de la casa y los pluviales”. Advirtió que un drenaje tapado en un patio o en la calle puede causar empozamientos severos e incluso, la entrada de agua a la vivienda.
Para reducir el riesgo de drenajes tapados, Betancourt indicó que siempre, pero en especial durante esta época, hay que tener al día el mantenimiento de las áreas verdes, para que no haya acumulación de hojas y otros escombros. “Se debe realizar el desganche de árboles de forma preventiva”, puntualizó.
En el exterior, la arquitecta hizo hincapié en la importancia de “amarrar equipos que estén en el techo, que pudieran ser proyectiles”. Esto incluye, los condensadores de consolas de acondicionadores de aire y bombas para cisternas, que además de anclarse a la losa del techo se deben asegurar con cables metálicos. Elementos de más fácil remoción como antenas, por ejemplo, pueden bajarse del techo mientras dure la emergencia y luego reinstalarse.
En el caso de hogares o estructuras con placas solares, Betancourt urgió a “estar bien pendientes” de que la compañía o persona que instaló los equipos haya provisto la certificación de que se hicieron los anclajes y se tomaron las medidas necesarias para aguantar el embate de un ciclón.
En cuanto a los techos de metal, de madera o de materiales livianos, indicó que se deben revisar los anclajes e “invertir en refuerzos de metal” donde haga falta: “El impacto del huracán no es contra la superficie solamente, sino que también hala techos livianos y de zinc. Habría que protegerlo de que lo hale y lo separe de la estructura”. Para este particular, el CAAPR tiene una guía digital en su portal web.
Atención a las ventanas
La líder de los arquitectos también recomendó buscar información sobre las ventanas instaladas, para determinar si están diseñadas para aguantar vientos huracanados. En el caso de ventanas con hojas de aluminio conocidas como “Miami”, indicó que suelen aguantar vientos de ciclón, pero siempre se debe verificar que todas cierren bien y sustituir los operadores dañados. En el caso de las de cristal, recomendó invertir en tormenteras si hay dudas.
En estructuras que se construyeron del 2011 en adelante y con los debidos permisos, las ventanas instaladas deben estar certificadas para aguantar vientos de hasta 145 millas por hora (mph). Luego del 2018, hay fabricantes locales que certifican ventanas para aguantar vientos de 200 mph.
Otra medida sencilla es retocar el sellado de techo, si se ha utilizado un producto que se aplica con rolo y requiere ese mantenimiento periódico.
“Igual pasa con el ‘caulking’ alrededor de puertas y ventanas. Si ven que ya no tiene la característica gomosa, por ahí se puede filtrar el agua. El viento hala el ‘caulking’ como si fuese una máquina a presión”, advirtió. Por ello, recomendó remover el material en malas condiciones y volver a aplicarlo.
La importancia de hacer inventario
Por otra parte, en los materiales educativos de FEMA se recalca que, sin importar qué tipo de seguro se haya adquirido, siempre es importante tener un inventario detallado del contenido de la vivienda y evidencia de las condiciones en que estaba antes de un desastre.
“Su inventario le ayudará a demostrar el valor de sus pertenencias, lo cual podría facilitar la tramitación de su reclamación, y servirá de documentación para las deducciones fiscales que podrá reclamar por sus pérdidas. Un inventario actualizado también puede ser de ayuda para determinar la cantidad correcta de la cobertura que debe comprar”, recomienda FEMA.
El inventario se puede realizar con fotos o videos de las pertenencias, así como descripciones que indiquen marca, modelo y año de fabricación, según sea el caso. En el caso de objetos de valor, como pueden ser joyas, piezas de arte y antigüedades, se recomienta guardar bien su documentación o tasación.
“Asegúrese de guardar su inventario en un lugar al cual podrá acceder fácilmente después de un desastre” , recalca la citada agencia sobre los documentos que pueden mantenerse de forma física en una caja o sobre a prueba de los elementos y en formatos digitales en alguna cuenta de email o de almacenamiento seguro en internet.
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