Cuando inició su camino como cirujana, Casey Means cambió su destino. Dejó de atender a pacientes dentro del quirófano para atender a ciudadanos que quieran evitar entrar en uno. “Vi lo transformador que puede ser comprender profundamente tu propia salud”, explica. Autora de Good energy, el bestseller número uno del New York Times, es toda una experta en salud metabólica. En su libro, determina la conexión entre entre niveles de glucosa, metabolismo, salud sin límites y longevidad, ofreciendo consejos prácticos que se pueden llevar al día a día para evitar enfermar.
los monumentales beneficios de caminar
Según la doctora Casey Means hay pequeños gestos que podemos implementar todos en nuestra rutina para preservar nuestra salud. Se trata de actividades o costumbres al alcance de cualquiera con un inmenso poder en nuestro bienestar, como el simple hecho de caminar. “Caminar es bioquímicamente diferente del “ejercicio” y absolutamente crítico para la salud metabólica. Caminar es simplemente poner el cuerpo en movimiento a baja velocidad, lo que es necesario a lo largo del día para una función celular óptima. Cada vez que nos levantamos y caminamos ayudamos a estimular los canales de glucosa para que vayan a la membrana celular y dejen entrar la glucosa para ser procesada”, explica la experta.
El mensaje de la doctora es muy claro en este sentido: no debemos dejar de movernos de manera regular porque hagamos entrenamientos semanales de fuerza o cardiovasculares. Nuestra salud requiere de ambos movimientos. “Necesitamos estimular la mitofagia y la biogénesis mitocondrial a través del entrenamiento de fuerza focalizado, el entrenamiento de alta intensidad, el entrenamiento de zona dos, etc… Y necesitamos deshacernos constitutivamente de la glucosa a lo largo del día moviendo nuestros cuerpos regularmente -al menos cada media hora- lo que podría ser caminar durante 3 minutos, unas cuantas sentadillas al aire, lo que quieras”, recomienda Casey Means en un podcast junto a su colega, la doctora Gabrielle Lyon. “Nuestras células necesitan movimiento regular, no estar sentadas el 80% del tiempo”.
El extraordinario efecto de caminar después de cenar y comer
Hacer una actividad aeróbica como caminar justo después de comer o cenar reduce los picos de glucemia porque permite la captación de glucosa por parte del músculo. Así lo explicaba la experta en el podcast Huberman Lab donde participa divulgando sobre hábitos saludables. “He escuchado que una caminata corta después de comer reduce la glucosa en sangre dramáticamente”, le pregunta Andrew Huberman, profesor de neurociencia en Stanford anfitrión del podcast. “Una cantidad muy grande. 30 o 35% solamente caminando una vuelta a la manzana después de comer. Eso es, definitivamente, una prescripción”, responde la experta rápidamente. “Todo el mundo debería hacerlo”, añade.
Casey Means explica que las investigaciones científicas al respecto son claras: “Simplemente caminando 10 minutos alrededor de la manzana o 10 minutos bailando en la cocina, moviendo los músculos durante 10 minutos después de comer, reduce drásticamente la respuesta de la glucosa”. En lugar de quedarnos sentados en el sofá, ese pequeño gesto de movimiento nos permite usar la glucosa con una fisiología diferente porque la glucosa no inunda las células, sino que se transforma en energía para esos músculos que se ponen en movimiento, lo que reduce la curva de la glucosa. Así, evitando los picos de glucosa, minimizamos el riesgo de diabetes, reducimos el hambre emocional, regulamos nuestra energía y nos sentimos con ánimo y fuerzas durante todo el día, ralentizamos el proceso de envejecimiento celular y, cuando lo hacemos después de cenar, también dormimos mejor.
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