El presidente de Colombia, Gustavo Petro, aseguró que el proceso de paz de 2016 propuso unas soluciones al campesinado que no vivía en las zonas donde no operaban las Farc en ese momento, una situación que afectó a la población civil, ya que el 1 % ha usado la tierra fértil para lavar los activos del narcotráfico en vez de “sembrar comida”.

El Gobierno de Colombia ya había anunciado su intención de pedirle al Consejo de Seguridad de la ONU extender el periodo de implementación del Acuerdo de Paz de La Habana firmado en 2016 con las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) para poner fin a un conflicto que dura ya décadas y que estableció un plazo de 15 años para cumplir con los compromisos.

“Colombia no ha podido solucionar la violencia porque no ha podido incluir el territorio en la construcción de una nación que permita que podamos convivir todos con igual poder”, dijo el mandatario colombiano asegurando que no se discutió qué significaban las palabras escritas en la carta del expresidente Juan Manuel Santos.

El acuerdo de paz no produjo un acuerdo nacional, según el presidente, quien aseguró que no ha sido posible porque la población colombiana está dividida en dos, una que apuesta militarmente a una salida del conflicto y una que quiere el diálogo en el país, según dijo el presidente Petro.

“Se presenta como una declaración unilateral de Estado, lo que significa un compromiso para cumplirlo, que es obligatoria para el país con sus normas vigentes o cambiando sus formas vigentes de ser necesario”, dijo el mandatario sobre el acuerdo de paz firmado en el gobierno Santos y agregó: “Quise venir para mostrar el tamaño de compromiso que se hizo”.

Según el presidente, no se ha expandido la violencia en Colombia, se ha concentrado en las mismas zonas geográficas por décadas. “El Acuerdo de Paz propone un pacto político y social nacional para encontrar fórmulas de cambio de normas si las normas no posibilitan el acuerdo de paz”, dijo el presidente.

El presidente colombiano Gustavo Petro habla en una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el progreso del proceso de paz colombiano en la sede de la ONU en Nueva York el 11 de julio de 2024. | Foto: AFP

En Colombia, dijo, hay 10 millones de campesinos, “pero solo el 1% tiene el 90% de la tierra fértil. Y ese 1% ha usado la tierra fértil no para producir comida, sino para lavar los activos del narcotráfico. Y la defiende a sangre y fuego”, continuó diciendo el presidente. “Por eso tenemos millones de desplazados. Centenares de masacres. Fue lo que quiso resolver el acuerdo de paz del 2016.”

Fue precisamente este punto en el que hizo hincapié Carlos Ruiz Massieu, representante del secretario general en Colombia. “Nunca insistiré lo suficiente en la urgencia de la aplicación integral del Acuerdo de Paz de 2016 como tarea fundamental”, dijo, en particular “garantizar la sostenibilidad del proceso de reintegración a largo plazo”.

La inseguridad, dijo, “claramente” es el principal obstáculo para la reincorporación y el éxito del proceso de paz, y recordó que desde la firma del Acuerdo, 421 firmantes han sido asesinados. Las comunidades indígenas y afrocolombianas siguen siendo las principales víctimas de la violencia.

El ex guerrillero colombiano Diego Ferney Tovar (C) y Carlos Ruiz Massieu (R), Representante Especial para Colombia y Jefe de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, asisten a la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el progreso del proceso de paz colombiano en la sede de la ONU en Nueva York el 11 de julio de 2024. (Foto de KENA BETANCUR / AFP) | Foto: AFP

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