Desde el desastroso debate de Atlanta contra Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se somete a un examen en cada acto en que participa. Tras unos días de campaña, este martes se ha puesto el traje de gran estadista y ha participado en el acto de celebración del 75º aniversario de la OTAN con una encendida defensa de la Alianza Atlántica y de su papel histórico. Biden ha anunciado la entrega a Ucrania de nuevos sistemas de defensa frente a ataque aéreos, en un momento en que acaba de ser golpeada con saña por misiles rusos. Biden ha sido tajante: “Ucrania puede parar a Putin y lo hará”, ha dicho. “Ucrania prevalecerá, no Rusia”, ha añadido.
“Hoy anuncio una donación histórica de equipos de defensa aérea para Ucrania”, ha dicho el presidente Joe Biden en el acto que servía de apertura de la cumbre de la OTAN en Washington. “Estados Unidos, Alemania, Países Bajos, Rumanía e Italia proporcionarán a Ucrania el equipamiento para cinco sistemas estratégicos de defensa antiaérea adicionales”, ha añadido. Además, ha indicado que en los próximos meses Estados Unidos y otros países proporcionarán a Ucrania docenas de otros sistemas tácticos de defensa antiaérea y cientos de municiones para ellos.
Estados Unidos, Alemania y Rumanía enviarán a Ucrania baterías Patriot adicionales, mientras que Holanda y otros países proporcionarán componentes Patriot para formar una batería más, según un comunicado conjunto difundido por la Casa Blanca. Italia proporcionará un sistema de defensa aérea SAMP-T. Otros aliados, como Canadá, Noruega, España y el Reino Unido, proporcionarán otros sistemas que ayudarán a Ucrania a ampliar su cobertura. Y otras naciones han acordado proporcionar municiones para esos sistemas. Estados Unidos ya ha enviado a Ucrania dos sistemas de misiles Patriot: uno a finales del año pasado y otro recientemente.
El anuncio de la entrega de los nuevos sistemas de defensa frente a ataques aéreos llega al día siguiente de que Rusia lanzase contra Ucrania una fuerte ofensiva con misiles que causó cerca de 40 muertos, más de 170 heridos y golpeó un hospital pediátrico de Kiev. Biden ha dicho que el presidente ruso, Vladímir Putin, quiere “borrar a Ucrania del mapa”. “Y sabemos que Putin no se detendrá en Ucrania. Pero no nos equivoquemos, Ucrania puede parar a Putin y lo hará”, ha añadido. El comunicado conjunto —que suscriben junto a Biden los gobernantes de Alemania, Países Bajos, Italia y Rumanía— es rotundo: “Nuestro mensaje a Moscú y al mundo es claro: nuestro apoyo a Ucrania es firme e inquebrantable”.
“Rusia no prevalecerá. Ucrania prevalecerá”, ha dicho el presidente estadounidense. “No se equivoquen: Rusia está fracasando en esta guerra”, ha añadido, señalando que 350.000 soldados rusos han muerto o han resultado heridos, y que otro millón de personas han huido del país. “Cuando comenzó esta guerra sin sentido, Ucrania era un país libre. Hoy, sigue siendo un país libre, y la guerra terminará con Ucrania siendo un país libre e independiente”.
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“Una OTAN más poderosa que nunca”
El presidente de Estados Unidos se ha presentado con relativo buen aspecto en el imponente auditorio Mellon, el mismo lugar donde el 4 de abril de 1949 los 12 países fundadores de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) firmaron el llamado Tratado de Washington, con el que nació la Alianza. La decoración del local recordaba la de las imágenes de hace 75 años. “Hoy, la OTAN es más poderosa que nunca, con la fuerza de 32 países”, ha destacado Biden, que considera la ampliación de la Alianza (con la incorporación de Finlandia y Suecia) y la unidad mostrada en respuesta a Rusia como uno de sus grandes logros en política exterior. “Es bueno que seamos más fuertes que nunca, porque este momento de la historia exige nuestra fuerza colectiva”, ha añadido.
El presidente de Estados Unidos ha intervenido con tono enérgico, sin la ronquera ni la tos que arruinaron el debate del 27 de junio, y con un discurso hilado y sin errores, leído, eso sí, a través de las pantallas auxiliares transparentes que hacen de teleapuntador. Apenas ha desviado la mirada del teleprompter ni siquiera para otorgar por sorpresa al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg —que está al final de su mandato— la Medalla Presidencial de la Libertad, la máxima condecoración civil estadounidense. De hecho, al ir a entregarle la medalla pareció leer unas acotaciones por error.
La Cumbre de la OTAN ha sido señalada por el propio presidente como una ocasión de demostrar su capacitación para dirigir la primera potencia del mundo. Biden ha demostrado de nuevo, como hizo en el discurso del estado de la Unión de marzo pasado, que puede leer de forma convincente una intervención cuidadosamente preparada. No ha tenido ningún lapsus ni error de bulto.
Eso, sin embargo, probablemente no sea suficiente para quienes señalan su dificultad para hilar un discurso improvisado. La rueda de prensa del jueves, al término de la Cumbre, se ha señalado como una oportunidad más adecuada, pero que dar una rueda de prensa sin grandes patinazos sea la vara de medir su valía tampoco es un listón muy alto.
En la entrevista concedida la semana pasada a ABC News, el presidente señalaba como un hito la cumbre: “Supongo que una buena manera de juzgarme, es que va a ser ahora la conferencia de la OTAN aquí en Estados Unidos la próxima semana. Vengan a escuchar. A ver qué dicen”, retó.
Biden, en todo caso, ha aprovechado no solo su discurso, sino toda la celebración del aniversario para mostrar su compromiso con la OTAN. El presidente acusa a su rival republicano de pretender desentenderse de la Alianza. Quizá por ello, desde el vídeo histórico introductorio, Biden se ha esforzado por mostrar el consenso que tradicionalmente ha habido en Estados Unidos con respecto a la OTAN. El presidente republicano Ronald Reagan y el demócrata John F. Kennedy contaban con apariciones destacadas.
El presidente, además, ha destacado que 23 de los 32 países miembros están alcanzando el objetivo de gasto en defensa de la alianza este año del 2% de su producto interior bruto (PIB). Solo nueve países cumplían el objetivo cuando Biden tomó posesión en enero de 2021. Y ha resaltado la importancia de la Alianza Atlántica en el actual contexto geopolítico: “Este es un momento crucial para Europa y la comunidad transatlántica, y yo añadiría que para el mundo”, ha dicho este martes.
En el acto de conmemoración del 75º aniversario de la OTAN solo intervinieron Biden y Stoltenberg. El secretario general de la Alianza también instó a los miembros a seguir apoyando a Ucrania. “La guerra de Rusia contra Ucrania es la mayor crisis de seguridad en generaciones”, dijo. “Ucrania ha demostrado un coraje notable y los aliados de la OTAN han proporcionado un apoyo sin precedentes”, añadió.
“Nuestra alianza fue creada por personas que habían vivido dos guerras mundiales devastadoras”, explicó Stoltenberg. “Conocían demasiado bien el horror, el sufrimiento y el terrible coste humano de la guerra”, subrayando que la OTAN es “no solo la Alianza más exitosa y fuerte, sino también la más duradera de la historia”. De ahí pasó a avisar que “no hay opciones sin coste con una Rusia agresiva como vecina; no hay opciones sin riesgo en una guerra”.
El secretario general explicó que el mayor riesgo sería que Rusia ganase la guerra en Ucrania, ya que esto envalentonaría a Putin, pero también a otros líderes autoritarios en Irán, Corea del Norte y China. “El momento de defender la libertad y la democracia es ahora; el lugar es Ucrania”, afirmó. “Somos más fuertes y estamos más seguros juntos, en la OTAN”, concluyó Stoltenberg, aun admitiendo que la Alianza seguirá afrontando cuestiones difíciles en el futuro.
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