Por Caroline Kee – TODAY
LB.1 es la última subvariante de COVID-19 que ha saltado a los titulares al circular por Estados Unidos. Esta cepa altamente contagiosa, que surgió poco después de las variantes FLiRT, incluidas las KP.3 y KP.2, está causando una proporción cada vez mayor de infecciones.
A medida que aumenta el número de casos y de visitas a salas de urgencias en los hospitales de todo el país, algunos temen que se produzca una oleada de contagios estival.
Según los últimos datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), LB.1 es la tercera variante de COVID-19 más extendida en este momento en el país, muy por detrás de las dominantes KP.3 y KP.2.
A 22 de junio, se estimaba que la variante KP.3 representaba el 33% de los casos en Estados Unidos. La siguiente variante más común es la KP.2, que representa alrededor del 21% de los casos, seguida de la LB.1, que impulsa el 17.5% de los casos.
Desde finales de mayo, la proporción de casos causados por LB.1 se ha más que duplicado, según datos de los CDC. De acuerdo con algunos expertos, esta nueva variante podría estar en camino de superar a las variantes FLiRT en las próximas semanas.
Aunque las cifras globales de COVID-19, incluidas hospitalizaciones y muertes, son relativamente bajas en comparación con las del invierno, está claro que el virus va en aumento. ¿Se enfrenta el país a una oleada estival?
Esto es lo que sabemos hasta ahora sobre las tendencias estivales del COVID-19 y la nueva variante LB.1.
¿Hay un repunte estival?
En las últimas semanas, los casos han aumentado en la mayoría de los estados del país, especialmente en el oeste. Los CDC estiman que los casos de COVID-19 están aumentando o es probable que aumenten en 44 estados, son estables o inciertos en 5 estados, y están disminuyendo en Hawaii.
“A fecha de hoy (principios de julio), no observamos ningún aumento importante de casos en todo el país, pero los casos aumentan en algunos lugares y se mantienen estables en otros”, explica a TODAY.com Andrew Pekosz, virólogo de la Universidad Johns Hopkins. Es probable que el país se encuentre al principio de una oleada, añade Pekosz, pero aún es muy pronto para saber cómo se desarrollarán las tendencias de COVID-19 en verano.
Según los CDC, la tasa de resultados positivos en las pruebas era del 8% para el 22 de junio, un 1.4% más que la semana anterior, pero inferior al pico del 12% alcanzado en invierno. Un mapa de los CDC muestra que los resultados positivos de las pruebas son mayores en California y el suroeste del país.
La actividad vírica en las aguas residuales es “baja” a nivel nacional, mientras que fue “alta” o “muy alta” durante la mayor parte del invierno. (Los CDC ya no registran el número total de nuevos casos de COVID-19 en Estados Unidos).
Según William Schaffner, profesor de enfermedades infecciosas del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, lo que estamos viendo ahora es más bien un “bache” esperado. A diferencia de la gripe, la COVID-19 no es estacional y sigue propagándose en verano, pero estos repuntes son mucho menos importantes que las oleadas invernales, añade Schaffner.
A medida que aumenten los viajes de vacaciones de verano y la gente se encierre cada vez más en el aire acondicionado para escapar de las olas de calor, se espera que los casos de COVID-19 sigan aumentando. “Si todavía no ha subido en su comunidad, probablemente lo hará después de todos los viajes del 4 de julio”, dice Schaffner.
¿Qué es la variante LB.1?
LB.1 forma parte de la familia ómicron, es el último bisnieto, por así decirlo, dice Schaffner. La subvariante LB.1 es una rama de JN.1, que fue dominante durante la mayor parte del invierno y la primavera.
“LB.1 está estrechamente relacionada con las variantes FLiRT, pero tiene un par de mutaciones únicas en diferentes partes de la proteína de la espiga”, dice Pekosz. Entre ellas hay mutaciones clave que afectan a la capacidad de LB.1 para evadir la inmunidad.
“Hemos visto mutaciones como ésta antes con otras variantes (incluida JN.1). No parecen ser especialmente preocupantes ni un signo de que el virus haya cambiado drásticamente”, añade Pekosz.
Los expertos señalan que la aparición de LB.1 sigue una tendencia actual. El virus del SRAS-CoV-2 muta y da lugar a nuevas variantes, que son más capaces de escapar a la inmunidad y superar a otras cepas hasta que surge una nueva.
En Estados Unidos, más del 97% de las personas tienen anticuerpos naturales o inducidos por vacunas contra el COVID-19, pero esto se desvanece con el tiempo, según los CDC.
¿LB.1 es más transmisible?
Una característica de las subvariantes ómicrón es que son muy transmisibles. “LB.1 es muy contagiosa y se propaga con mucha facilidad”, afirma Schaffner.
¿Cómo se compara LB.1 con otras cepas nuevas? “Es muy pronto para saberlo, pero de momento no hay indicios de que sea más transmisible que las variantes FLiRT”, dice a TODAY.com Bernard Camins, director médico de prevención de infecciones del Sistema de Salud Mount Sinai.
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“Es posible que tenga más probabilidades de escapar a la inmunidad adquirida por la infección o la vacuna, pero no se ha demostrado que sea más peligrosa que las subvariantes anteriores”, afirma Camins.
El reciente aumento de casos parece estar impulsado por una combinación de nuevas variantes, entre ellas la LB.1 y las cepas FLiRT. Sin embargo, la disminución de las pruebas y la vigilancia genómica dificultan el seguimiento preciso del virus. “Cada vez nos resulta más difícil hacernos una buena idea de la rapidez con la que aumenta una variante”, afirma Pekosz.
¿Cuáles son los síntomas de LB.1?
LB.1 no parece causar ningún síntoma distinto o nuevo y no hay indicios de que produzca una enfermedad más grave, subrayan los expertos.
Los síntomas de LB.1 son muy similares a los causados por las variantes FLiRT, que incluyen:
- Dolor de garganta
- Tos
- Fatiga
- Congestión
- Goteo nasal
- Fiebre o escalofríos
- Dolor de cabeza
- Dolores musculares
- Nueva pérdida del sentido del gusto o del olfato
- Náuseas o vómitos
- Diarrea
Las cepas más nuevas parecen producir infecciones generalmente más leves, dice Schaffner. Pero el COVID puede seguir causando un amplio espectro de enfermedades.
“Algunas personas tienen un dolor de garganta muy clásico, secreción nasal, tos y fiebre baja”, dijo a NBC News Paul Sax, director clínico de la división de enfermedades infecciosas del Brigham and Women’s Hospital y profesor de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard. “En otros, se trata sobre todo de náuseas y diarrea con síntomas respiratorios muy mínimos. Puede variar de la A a la Z y más allá”.
Y “algunas personas aún pueden experimentar síntomas graves, lo suficiente como para hospitalizarlas”, dice Camins a TODAY.com. Es el caso de los grupos de alto riesgo como personas de 65 años o más, personas con condiciones médicas subyacentes e individuos inmunocomprometidos.
“Ahora no hay ningún síntoma que nos diga: ‘Probablemente tienes COVID’”, dijo a NBC News Steven Furr, médico de familia en Jackson, Alabama, y presidente de la Academia Estadounidense de Médicos de Familia. “Sin una prueba, no vamos a saberlo con seguridad”.
Las visitas a urgencias por COVID han aumentado un 23% en la última semana, pero siguen siendo relativamente bajas, y las tasas de hospitalización se mantienen en un nivel estable, según los CDC.
Los antivirales como Paxlovid son eficaces contra LB.1 y otras cepas recientes, señala Schaffner.
¿Protegen las vacunas contra LB.1?
“La vacuna actual ofrece protección contra la enfermedad grave”, dice Schaffner. En este momento, todavía está disponible la vacuna de refuerzo actualizada para 2023-2024 contra la cepa XXB.1.5. Los CDC recomiendan que los grupos de alto riesgo reciban una dosis adicional.
También se espera que la vacuna actualizada 2024-2025 que se lanzará este otoño ofrezca protección, subrayan los expertos. “LB.1 está estrechamente relacionada con KP.2, que parece que será la cepa objetivo de la vacuna para esta próxima temporada de otoño”, dice Pekosz.
“Los datos previos demuestran que, aunque la vacuna no coincida exactamente con lo que está circulando, existe una reactividad cruzada que proporciona cierta protección”, afirma Camins.
Los expertos animan a todas las personas que reúnan los requisitos a vacunarse contra la COVID-19 este otoño.
Directrices COVID 2024
Si presenta síntomas de COVID-19 o tiene una exposición, hágase la prueba, subrayan los expertos. Los tests son una herramienta importante para protegerse y prevenir la propagación del virus.
Las pruebas PCR y de antígenos detectarán el LB.1 y otras nuevas variantes, señala Camins. Si utiliza una prueba de antígenos, siga las recomendaciones de la FDA para evitar un resultado falso negativo.
Los CDC recomiendan que las personas que den positivo permanezcan en casa mientras estén enfermas y eviten el contacto con otras personas. La agencia solía recomendar aislarse de los demás durante al menos cinco días después de dar positivo. Pero en marzo de 2024, sus directrices de aislamiento cambiaron para decir que las personas pueden regresar a sus actividades normales después de que hayan estado libres de fiebre sin medicación y los síntomas hayan mejorado durante al menos 24 horas.
“Si perteneces a un grupo de alto riesgo y das positivo en la prueba de COVID-19, te administraremos Paxlovid para prevenir una enfermedad grave”, explica Schaffner.
Cómo protegerse contra la variante LB.1
Como los casos de COVID-19 siguen aumentando este verano, considere la posibilidad de tomar medidas adicionales para protegerse y proteger a los demás.
Los CDC recomiendan:
- Mantenerse al día con las vacunas contra la COVID-19.
- Utilizar mascarilla en lugares cerrados y concurridos.
- Higienizarse bien las manos.
- Cubrirse al toser y estornudar.
- Mejorar la ventilación.
- Practique el distanciamiento social.
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