En el contexto actual, el consumo de cannabis entre los jóvenes universitarios es un tema de interés público. La alta prevalencia que confirman mediciones como el II estudio de Prevalencia de Consumo de Drogas y Alcohol 2021 en educación superior, presentado recientemente por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), no es el único factor que genera preocupación, sino que desde la academia se hace un énfasis en los efectos significativos que puede tener en el desarrollo cognitivo y emocional.
La psiquiatra y docente del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción, Dra. Carmen Gloria Betancur Moreno, destacó que el consumo de marihuana es un fenómeno multifacético que impacta de manera significativa en la salud mental y física de los jóvenes.
«El consumo de cannabis entre los jóvenes puede conllevar a un incremento en los trastornos de ansiedad y depresión,» afirma, al advertir que el uso temprano, prolongado y frecuente puede alterar la estructura y función del cerebro, afectando habilidades cognitivas cruciales como la memoria y la atención: «Los jóvenes están en una etapa crítica de desarrollo cerebral, y el consumo de cannabis puede interferir con este proceso, llevando a consecuencias a largo plazo en su capacidad para tomar decisiones y planificar”.
El bioquímico especializado en neurociencia y docente del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Ciencias Biológicas UdeC, Dr. Fernando Sepúlveda Briceño, junto a la Dra. Carmen Gloria Betancur, integra el Programa Interdisciplinario de Drogas de la Universidad de Concepción, instancia a cargo del diseño de acciones de información y prevención del consumo de estupefacientes dentro de la comunidad universitaria.
Desde la investigación preclínica, el Dr. Fernando Sepúlveda comparte los efectos de las moléculas presentes en la planta de cannabis sativa en que se han estudiado en modelos animales. «Hemos estado investigando los efectos positivos y negativos de los componentes del cannabis, principalmente en modelos de ratones,» comentó. Su investigación revela que el principal componente psicoactivo del cannabis, el THC, tiene efectos bifásicos en el cerebro: a bajas dosis puede ser estimulante, pero a dosis más altas actúa como un depresor del sistema nervioso central.
«En términos generales, el consumo de cannabis altera funciones cognitivas como la atención, memorización y orientación espacial, tanto en el uso agudo como crónico» explicó.
El académico dijo que esto es especialmente grave para los estudiantes, cuya vida universitaria depende de un funcionamiento óptimo de estas capacidades.
«El uso problemático de cannabis está asociado con una inhibición prolongada de regiones cerebrales clave, como la corteza prefrontal, que es crucial para la toma de decisiones y la planificación», agregó. Esta inhibición puede comprometer el rendimiento académico y la capacidad de los estudiantes para enfrentar situaciones cotidianas de manera efectiva.
Uno de los puntos que el Dr. Fernando Sepúlveda considera de mayor peligro es la debilidad en torno a la percepción de riesgo del consumo de marihuana entre los jóvenes.
“Tener una baja percepción de riesgo hace que las personas crean que no hace nada, y es importante que los estudiantes sepan que la cannabis sativa no es una sustancia inocua a pesar de tener beneficios reconocidos médicamente. Puede jugarle una mala pasada a las personas, puede ser problemática, puede llevar a consumo problemático a una población menor, pero puede hacerlo. Es importante que la población tenga buena información”, sostuvo.
Desde una perspectiva terapéutica, la Dra. Carmen Gloria Betancur Betancur manifestó que es importante abordar el consumo problemático de cannabis mediante estrategias que incluyan la educación sobre riesgos, la prevención y el apoyo clínico especializado.
Sin embargo hizo hincapié en que el consumo debe evitarse en la etapa temprana de la vida.
“La recomendación que tengo que dar a todos es que evitemos el consumo de sustancias psicoactivas antes de los 20 años. Que la gente no fume cigarro, no beba alcohol, que no fume cannabis, que no consuman benzodiazepinas, que no usen drogas los adolescentes, ni las embarazadas, ni personas que están vulnerables por alguna enfermedad físico o mental. La segunda recomendación es que si en la vida adulta ya van a consumir, evidentemente que estos consumos sean en tono regulado. De todos modos, por mi responsabilidad con mi profesión, la recomendación que yo tengo que darles es que no consuman ningún tipo de droga”, expresó.
El Programa Interdisciplinario de Drogas desarrolló en el primer semestre de 2024 el Programa de Parentalidad, bajo la coordinación de Dirección de Personal UdeC , la Dirección de Desarrollo Comunitario de la Municipalidad de Concepción y Senda. Al respecto, el Dr. Fernando Sepúlveda resaltó la importancia de formar a trabajadores universitarios con hijos en edad de riesgo de consumo, con el objetivo de proporcionar herramientas efectivas para abordar este tema en el hogar.
“Con esto esperamos que padres y madres cuenten con información que sea sensata, real y que les permita conversar con su hijos y que estos escuchen de verdad y no los desacrediten. Es importante que los trabajadores y también los alumnos tengan información real que contextualice el uso y que les permita tomar mejores decisiones, que es lo fundamental en esa etapa”, finalizó.
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