Hooters, la cadena conocida por sus hamburguesas, alitas de pollo y su modelo sexista al vestir a sus camareras con uniformes mínimos y estrechos, ha cerrado algunos de sus restaurantes debido a las presiones del mercado. Entre estas dificultades está el aumento de los precios de la comida en los últimos años, así como los costos laborales y de los alquileres. Aunque no se ha informado qué restaurantes estarán afectados por el cierre, Nation’s Restaurant News ha asegurado que 40 locales ya están cerrados en zonas de Florida, Texas y Kentucky, entre otros Estados.

De acuerdo a la publicación, Hooters tiene ahora menos restaurantes que en 2018 en Estados Unidos. No obstante, el comunicado de la empresa aclara que se están abriendo nuevos establecimientos dentro y fuera del país y se están lanzando productos congelados en los supermercados, por lo que esta marca, que ya tiene 41 años, asegura que “se mantiene resistente y relevante”.

Hooters no es la única cadena que está sufriendo esta crisis de precios. Algunas cadenas de restaurantes con operaciones similares como Quiznos, Applebee’s, Au Bon Pain, TGI Friday’s, Uno Pizzeria & Grill, Outback Steakhouse o Red Lobster también están haciendo frente al impacto de la inflación en sus negocios y en sus clientes. La mayor parte de estas empresas han reducido el número de restaurantes y en particular Red Lobster, en manos de una empresa conservera tailandesa —Thai Union—, ha entrado en suspensión de pagos.

Además de lidiar con altos costos, los clientes cada vez son cautelosos con su dinero. Según las cifras de ventas al por menor, el consumo da muestras de debilitarse y, de hecho, el gasto en restaurantes cayó un 0,4% en bares y restaurantes. Los lugares de comidas y bebidas registraron unas ventas totales de 93.600 millones de dólares en mayo, las menores desde octubre de 2023, según la Asociación Nacional de Restaurantes. Los consumidores hacen cuentas y es un hecho que mientras los precios en la comida fuera de casa han subido un 4% en los últimos 12 meses, la que se consume en el hogar ha subido un 1%.

Las ofertas y las promociones de los restaurantes para hacer frente a la situación tampoco funcionan siempre. Por ejemplo los menús sin límite, los “all you can eat”, pueden volverse un revés. Lo saben en Red Lobster, que el verano pasado hizo que una oferta temporal de continuadas rondas de camarones a 20 dólares se convirtiera en permanente. Ha sido un éxito muy caro para la empresa, cuyo mayor accionista es la conservera de Bankok, y su proveedora Thai Union. Las pérdidas y complicaciones por la oferta que se escapó de las manos han llevado a la suspensión de pagos a esta cadena que ha cerrado el 15% de sus locales.

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By Diario

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