Asesinato del hermano de Begoña Villacís: una cita para pegarse que acabó en una emboscada mortal














































Asesinato del hermano de Begoña Villacís: una cita para pegarse que acabó en una emboscada mortal

Borja iba con dos amigos cuando sus verdugos les embistieron en El Pardo y les dispararon. Uno de ellos es Kevin, hijo de la conductora, detenida después

El fallecido era ultra y la Audiencia Nacional lo relaciona con el Niño Skin, un experto en ‘vuelcos’ de coca

Asesinato a tiros del hermano de Begoña Villacís en Madrid: detenidos, búsqueda de fugados, comunicado, causas y última hora hoy

A la izquierda, Kevin, el sospechoso. En el centro, Borja Villacís. A la derecha, la sospechosa detenida, madre de Kevin ABC

La Policía Nacional tiene toda la carne en el asador para despejar las brumas en torno al asesinato en toda regla de Borja, español de 41 años y hermano menor de la que fuera vicealcaldesa de la capital hasta 2023, Begoña Villacís Sánchez. Los investigadores detuvieron en menos de dos horas a una de las sospechosas, una mujer de 52 años, natural de Bargas (Toledo), con antecedentes en la demarcación de la Guardia Civil.

Al cierre de esta edición, los agentes buscaban a otros dos varones, que eran los que acompañaban a la arrestada en el vehículo desde el que se practicaron los disparos mortales. Uno de ellos, de hecho, es Kevin, hijo de la detenida y del barrio de Carabanchel. Las primeras pesquisas, según ha podido saber ABC, señalan que dos personas de ambos grupos se habían citado para pegarse por rencillas previas. La línea de investigación policial apunta a que el trasfondo es el tráfico de drogas.

El suceso se produjo en torno a las 12.30 horas en la carretera M-612, que se dirige a El Pardo. Ocurrió a la altura del kilómetro 6, en una zona de descampado. Fuentes policiales explicaron que Borja Villacís Sánchez y un amigo viajaban en un vehículo, uno de ellos, un Citroën C3 Aircross de color blanco. El hermano de la exvicealcadesa de Madrid era íntimo amigo de uno de los contendientes –que iba a pelear contra el huido Kevin– y lo acompañaba junto a un tercero «para mediar y asegurarse de que no hubiera armas», dado que conocía a ambos. Además, había otro grupo de allegados de las víctimas escoltándolas discretamente, en retaguardia, con otro coche.

La otra parte no cumplió el pacto y acudieron fuertemente armados, preparados para emboscar al grupo de Borja Villacís. La motivación de la disputa eran asuntos «personales» que venían de tiempo atrás y que las fuentes consultadas han declinado explicitar. «Borja era muy noble, el más noble de todos, y nadie imaginaba este desenlace», relata a este diario un amigo del asesinado.

Cuando estaban por la zona, el coche de la sospechosa, un BMW X2 gris plata con las placas dobladas, cerró el paso al Citroën. Era una estratagema intencionada para dejarlos fuera de juego; según fuentes consultadas por ABC, sonó un primer disparo y en respuesta Luis, el amigo de Borja, aceleró y estrelló su utilitario contra el de los atacantes. Fue en ese momento cuando Kevin y su amigo bajaron del BMW con un rifle del calibre 7,62 y una escopeta de postas del 12. Así lo relataron varios testigos a los investigadores del Grupo V de Homicidios de Madrid, que son los que llevan las riendas del caso. Añadieron que previamente a los disparos se les vio discutir muy acaloradamente. Los que estaban en la retaguardia se escondieron debajo del turismo.

Con la primera arma, destrozaron la ventanilla de detrás del piloto y dispararon en el tórax y la cabeza al hermano de la exvicealcaldesa, que murió en el acto. Con la escopeta también tirotearon a Luis en la cabeza, que fue trasladado por los amigos que les habían escoltado a El Pardo a la Fundación Jiménez Díaz en el otro coche que llevaban. Al cierre de esta edición, se sabe que llegó consciente al hospital y que no se teme por su vida. El turismo de Borja se quedó en El Pardo y fue trasladado luego en grúa a dependencias de la Brigada Provincial de Policía Científica, para su análisis.

Cazada en una gasolinera

Los agresores volvieron al BMW y, a la altura de la carretera de Fuencarral, frente a los estudios de Mediaset España, pararon junto a la calzada. Esa escena fue grabada por algunos testigos de las oficinas, que recogieron el momento en que ella tapa a uno de los jóvenes que la acompañaban, vestido de oscuro, mientras vuelve a cambiarle las matrículas al turismo. Además, se observa cómo él saca algo del maletero y lo esconde tras un montículo.

Fuentes del caso indicaron a este periódico que recuperaron dentro de una caja varias armas largas y cortas, probablemente procedentes del homicidio. «Está claro que iban a matarles, aprovechando la cita y que no se esperaban semejante emboscada», precisan fuentes del caso, que también apuntan a la «poca profesionalidad» de los agresores.


Momento en el que cambiaban las matrículas tras el ataque mortal


abc

En ese momento, el grupo se separó. Los dos hombres huyeron a pie, monte a través. La mujer siguió conduciendo, hacia el sur de la capital. Fue interceptada junto a la gasolinera Shell de la calle de Antonio Leyva, 86, junto a la Plaza Elíptica. Aún tuvo los arrestos para afirmar a los agentes: «Yo no he hecho nada. Es más, he sido víctima de un secuestro». Quedó inmediatamente detenida y fue trasladada a dependencias de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, en la avenida del Doctor Federico Rubio y Galí. Con esta, son ocho las muertes violentas registradas en la región en lo que va de 2024.

Una vida de violencia

Como tantos otros adolescentes en la época de esplendor de Bases Autónomas (BB. AA.), Borja comenzó a moverse entre los skinheads al cobijo de Skin Cubos, un violentísimo grupúsculo vinculado entonces a Ultras Sur y dedicado a sembrar el terror en las calles hasta el fin de su actividad en 1998. De hecho, algunos de sus miembros estuvieron involucrados en la muerte de Lucrecia Pérez, el que fuera calificado en España como el primer asesinato racista.

La vinculación de Borja con Ultras Sur queda probada al menos hasta los primeros años de los 2000. En septiembre de 2004, fue detenido junto a otros integrantes destacados del grupo radical del Real Madrid por atacar a un joven a la salida de un bar de copas. Una agresión que llegaba solo meses después de que también le pusieran los grilletes por otro altercado en un vagón de Metro que alcanzaba la estación de Santiago Bernabéu.

En aquella ocasión, el finado insultó y amenazó en compañía de una decena de ultras a una mujer de raza negra, lo que motivó que dos pasajeros ajenos a ella salieran en su defensa. La turba neonazi la emprendió a patadas y uno de ellos llegó a estallar un vaso de cristal en la cabeza de los agredidos. Estos reconocieron a Borja como el cabecilla y la persona que habría asestado el golpe con el vaso causando a su víctima una brecha de 3 centímetros de largo.

En las diligencias policiales se puso de manifiesto que el hermano de Begoña Villacís tenía antecedentes por causar lesiones a varias personas en diferentes agresiones, actuando en grupos de skinheads. Finalmente, la Audiencia Provincial le condenó a seis meses de prisión como autor de dos delitos de lesiones.

En 2013, la vieja guardia de Ultras Sur, comandada por los históricos dirigentes José Luis Ochaíta y Álvaro Cadenas, fue expulsada a la fuerza por otra facción más joven y violenta. Estos últimos estaban liderados por Antonio M. ‘Niño Skin’, fundador de Outlaw Madrid, una banda a la que pertenecían Borja (antes, la Policía le relacionaba con Hammerskin-España, un grupo desmantelado en 2004) y su amigo Luis.

Desde 2019, el fallecido estaba investigado en la operación Águila Frozen, que instruye el juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, por delitos de tráfico de drogas y blanqueo de capitales. Junto a él, cayeron otros conocidos de los viejos cabezas rapadas, como el propio Niño Skin , para algunos, el neonazi más temido de Madrid.



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Por Diario

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