HAMBURGO (enviada especial).- Del calor y los más de treinta grados de Madrid, el presidente Javier Milei aterrizó este sábado al mediodía en una Alemania más fría. Y no sólo por lo que marca el termómetro.
Más allá de unos más agradables 20 grados, el presidente argentino, tildado por los más que interesados medios locales de “populista de extrema derecha” o como “el hombre de la motosierra” y que recibirá otro premio por sus ideas libertarias, fue recibido por un nutrida protesta.
Convocada por diversos grupos de izquierda y antifachistas, muy activos en esta pujante ciudad portuaria del norte de Alemania, donde se palpita la euforia de la Eurocopa, la demonstración en contra del mandatario libertario comenzó a las 12.30 locales en los muelles de Landungsbrücken.
Casi a a la misma hora, en limusinas negras y en medio de un fuerte dispositivo policial, la comitiva del mandatario argentino arribó al Empire Riverside hotel, que queda a metros del Hotel Hafen Hamburgo, donde horas después recibió una medalla de manos de la Sociedad Hayek.
En el aeropuerto lo habían saludado el embajador en Alemania, Fernando Brun y el agregado de Defensa en Alemania, capitán Garcia Bonini.
El Presidente llegó acompañado por su hermana Karina Milei y por el diputado del Pro, Fernando Iglesias, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados.
No lejos de allí, comenzaba una protesta convocada ya desde hace tiempo por grupos de izquierda y antifascistas alemanas y de organizaciones de inmigrantes latinoamericanos. “¡Nein für Milei in Hamburg, no a Milei en Hamburgo, no a Milei en Alemania! ¡No los queremos!”, fue el grito que se levantó de los cerca de 200 manifestantes, que se reunieron en Landungsbrücken, el imponente muelle sobre el río Elba, a los pies del hotel Hafen donde Milei recibió el premio de la Sociedad Hayek, por el famoso economista ultraliberal Friedrich von Hayek, ganador del Premio Nobel de Economía en 1974 y gurú de la Escuela Austriaca.
Allí, desde una camioneta decorada con una pancarta que decía “Milei pará la mano, no a la Ley Bases” y banderas multicolores de los colectivos LGTB+, varios activistas comenzaron a pronunciar discursos encendidos en su contra, condimentados con los clásicos cánticos de la izquierda e incluso cacerolazos.
“¡Fuera Milei! ¡No pasarán, no pasarán!”; “¡Milei, basura, vos sos la dictadura!”; “¡Milei fascista, vos sos el terrorista!”; “¡Libertad, libertad a los presos por luchar!”; “¡No a Milei! ¡No a Milei!” entonaron los manifestantes, entre los que se veían varios latinoamericanos y, por supuesto, argentinos con banderas y camisetas albicelestes, que marcharon hasta el Hotel Hafen.
“Estaremos hasta las cuatro de la tarde”, dijo a LA NACION Ezequiel Montero, argentino de 45 años de la agrupación Hijos, que llegó desde Berlín para la protesta y que fue uno de los oradores.
Parlante en mano, Montero cargó contra el Presidente, admirador de Margaret Thatcher que convirtió a la Argentina en un “laboratorio de la ultraderecha”. “En sólo seis meses de gobierno Milei ha sumido a la Argentina en una crisis: 280% de inflación, más de 60% de pobreza, incluyendo a más de la mitad de todos les niñes y jóvenes, alrededor de un tercio de los cuales padecen inseguridad alimentaria”, denunció.
Mientras los asistentes, entre los cuales varios alemanes, agitaban una cartel que decía “No a la junta Mileimilitar”, Montero también acusó al actual Gobierno de ser negacionista de la dictadura y de desfinanciar los sitios de memoria.
“Declara al feminismo como su enemigo y prohíbe la perspectiva de género en la administración pública nacional. El cierre del ex Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad (actual subsecretaría) atenta contra la seguridad integral de mujeres, diversidades y activistas de derechos humanos”, clamó, al arremeter asimismo con su ajuste brutal y en contra de sus políticas extractivistas “en favor de las grandes empresas, que saquean los recursos naturales y niegan a las comunidades indígenas sus derechos de propiedad consagrados por la Constitución”.
“En principio calculábamos que iban a venir unas 500 personas, pero con el fútbol, con la Eurocopa, se complicó un poco”, dijo a La Nación Silvia Velázquez, argentina nacida en Monte Grande hace 50 años, casada con un alemán y madre de un chico con discapacidad, de la Agrupación Mujeres sin Fronteras.
Con en mano un cartel que decía “Sí, fue lesbicidio”, junto a los nombres (Sofía, Andrea, Mercedes, Pamela), en referencia al delito ocurrido en Barracas, Velázquez contó a La Nación que desde hace al menos un mes los diversos grupos presentes se habían preparado para la protesta, a través de charlas sobre la situación en la Argentina en universidades, actividades varias e incluso la proyección de películas de Pino Solanas.
“Para todos nosotros es una vergüenza, una provocación, que le entreguen a Milei un premio justo en el barrio de San Pauli, que es un barrio típicamente de izquierda, antifascista, incluso conocido porque tiene un equipo de fútbol antifascista”, comentó, al destacar, por otro lado, que los liberales de la Sociedad Hayek que le entregará el premio “son unos ultras que tienen a gente nazi”.
Hamburgo, ciudad de casi dos millones de habitantes copada ahora por hinchas de fútbol y conocida por sus bares, sexy shops y vibrante vida nocturna del barrio de San Pauli -donde por primera vez tocaron los Beatles-, será la primera y breve etapa de la primera visita de Milei a la principal economía de la Unión Europea, que tendrá su momento clave mañana en Berlín, la capital, con una reunión de trabajo con el canciller, Olaf Scholz.
En principio esta cita iba a tener un formato más importante: iba a ser una visita bilateral, cara a cara, con honores militares, que iba a culminar, como suele ocurrir, con una conferencia de prensa conjunta. Pero, a pedido argentino, según coinciden fuentes de la cancillería alemana, esto no pudo ser. Y la reunión, cuya agenda se centrará en temas políticos y económicos, fue degradada a una simple y breve reunión de trabajo.
La versión digital de Der Spiegel al referirse a este primer paso de Milei por Alemania habló de “la visita del huésped impredecible”. Y se preguntó si su reunión con el socialdemócrata Scholz después de recibir una medalla de la “dudosa” Sociedad Friedrich von Hayek, al parecer con fuertes vínculos en el pasado con el partido de ultraderecha Afd (que superó al SPD, la socialdemocracia de Scholz en las elecciones europeas de hace dos semanas), no terminará en un “escándalo”. En este sentido, los diarios locales se hacían eco del turbulento nuevo paso de Milei por Madrid, en el que volvió a dar que hablar y a cargar no sólo en contra del socialismo del que se abrevó Scholz, sino, además, en contra del jefe de gobierno español, Pedro Sánchez.
En la nutrida protesta contra Milei, que, aunque marchó hasta sus inmediaciones, no logró llegar hasta el hotel Hafen porque la policía valló toda la zona, también había alemanes. Entre ellos, Lavanya Bretshneider, que en su bicicleta llevaba un cartel en el que le reclamaba al canciller alemán Scholz que en la reunión de mañana le diga al Presidente argentino la verdad en cuanto a los temas ambientales. “Él niega el cambio climático que nos está ahogando y el canciller Scholz se lo tiene que decir”, dijo a La Nación esta activista.
Con el mismo mensaje en favor de la ecología apareció en las escaleras que llevan al imponente Hotel Hafen Christian Eldassen, otro activista de un grupo verde que protestó disfrazado de Milei, pero con una motosierra de juguete ensangrentada, que levantaba imitando al “excéntrico” mandatario argentino, para alegría de fotógrafos y camarógrafos presentes.
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