Un medicamento empleado en diabetes muestra resultados prometedores en la mejoría del sueño y de la salud general en pacientes con obesidad y apnea obstructiva del sueño
Mounjaro o tirzepatida, una molécula con acción dual frente a los receptores de GIP y GLP-1 indicada en la diabetes tipo 2, podría convertirse en el primer fármaco para la apnea obstructiva del sueño. Así lo indican los resultados obtenidos en un estudio clínico en fase 3 publicados en The New England Journal of Medicine (NEJM), coincidiendo con su presentación en el congreso de la Asociación Americana de Diabetes, estos días en Orlando.
El ensayo ha incluido dos subestudios sobre el tratamiento con tirzepatida con un total de 469 pacientes con el síndrome de moderado a grave: uno con participantes que seguían terapia de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP, en sus siglas inglesas) y otro con participantes en los que el tratamiento con CPAP había fracasado o no lo habían tolerado. Los pacientes recibieron una inyección con 10 ó 15 mg del fármaco o de placebo.
El efecto del tratamiento se evaluó durante 52 semanas; el fármaco produjo una reducción de peso aproximada de un 17% comparado con placebo en ambos subestudios. La pérdida de peso se acompañó de una reducción del índice de apnea-hipopnea frente a placebo de 20 a 24 eventos por hora, una reducción relativa de eventos del 48 al 56%.
A LAS 20 SEMANAS
La mayor parte de la reducción del índice de apnea-hipoapnea se alcanzó a las 20 semanas de tratamiento, con las dosis ajustadas.
Junto a esa disminución significativa del número de interrupciones de la respiración durante el sueño, cabe destacar que algunos de los participantes tratados con el fármaco llegaron a un punto en el que el tratamiento con CPAP no fue necesario.
Además, el tratamiento farmacológico mejoró otros aspectos relacionados con la apnea, como la reducción de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Los investigadores reseñan una mejoría clínicamente importante en los niveles de presión arterial sistólica, especialmente entre los participantes que no recibían tratamiento con CPAP. El efecto secundario más frecuente fue la aparición de molestias estomacales leves.
El trabajo ha contado con pacientes de centros de nueve países, entre ellos Estados Unidos, Australia y Alemania. El autor principal, Atul Malhotra, profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego y director de Medicina del Sueño en UC San Diego Health, afirma que el estudio “marca un hito importante en el tratamiento de la apnea obstructiva del sueño, al ofrecer una nueva y prometedora opción terapéutica que aborda tanto las complicaciones respiratorias como las metabólicas“. Los datos sugieren que un tratamiento farmacológico dirigido tanto a la apnea del sueño como a la obesidad es más beneficioso que tratar sólo una de las dos afecciones.
“Este nuevo tratamiento farmacológico ofrece una alternativa más accesible para las personas que no toleran o no se adhieren a las terapias existentes. Creemos que la combinación de la terapia CPAP con la pérdida de peso será óptima para mejorar el riesgo cardiometabólico y los síntomas. La tirzepatida también puede dirigirse a mecanismos subyacentes específicos de la apnea del sueño, lo que podría conducir a un tratamiento más personalizado y eficaz”, explica.
UNA NUEVA ERA EN EL TRATAMIENTO DE LA APNEA
Este fármaco dirigido a dos hormonas incretinas está aprobado como tratamiento para la diabetes tipo 2 o para el control del peso en personas con obesidad o sobrepeso con, al menos, una complicación derivada. También se está investigando como potencial tratamiento de para las personas con obesidad o sobrepeso e insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada, o con esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica (MASH). Además, se evalúa su potencial utilidad en personas con enfermedad renal crónica.
En un editorial que también publica NEJM, titulado Una nueva era en el tratamiento de la apnea del sueño, Sanjay R. Patel, de la Universidad de Pittsburgh, escribe que “la pérdida de peso resultante del tratamiento con tirzepatida puede aprovecharse para ampliar las poblaciones que pueden beneficiarse de tratamientos de segunda línea para la apnea obstructiva del sueño, como los dispositivos de avance mandibular o la estimulación del nervio hipogloso”. Y avanza que si los resultados de los análisis adicionales sobre la tirzepatida continúan en esa línea, “la noticia de la adición de una opción farmacológica al arsenal clínico para la apnea obstructiva del sueño será bien recibida por muchos pacientes y médicos por igual”.
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