El lunes 13 de mayo, Iker Muniain se despidió formalmente del Athletic de Bilbao, de su estadio y de su gente. Había casi treinta mil personas en el Nuevo San Mamés para agasajar a un hijo pródigo, que disputó 559 partidos, marcó 75 goles y conquistó tres títulos. Vestido de traje negro y camisa blanca, acompañado por su familia, por los directivos, por los entrenadores que tuvo en sus quince años en el club, por un plantel vestido de jean y remera a bastones de la institución vasca, dijo “si en algún momento me necesitáis aquí, estaré al día siguiente”. 35 días después, Muniain volvió a hablar. Esta vez como jugador libre.
Lo hizo en Marca, un diario español. Las primeras nueve preguntas del periodista hacían foco en el universo Athletic Club, en su tan mentado adiós, en sus decisiones de vida, en sus aspiraciones, en sus recuerdos, en su descanso, en la honestidad de buscar finales decorosos. La décima consulta no habla del club vasco sino de su futuro, no solo de su futuro sino de su filiación, cercanía, coqueteo con el que podría ser la segunda camiseta de su carrera: River Plate.
Ya había hablado Muniain de River. Lo hizo luego de su despedida del club vasco. La prensa española no le preguntó sobre la proyección de su carrera, sino que la pregunta puntualizó el destino. “Es cierto que, en estas ocasiones, se escuchan muchos comentarios y rumores, siempre he manifestado públicamente que me gusta mucho ese club, pero es un periodo nuevo para mí. Se abre un mercado e intentaré poner las cartas sobre la mesa y decidir de la mejor manera posible. Vaya donde vaya espero ser feliz y aportar al club todo mi fútbol y experiencia. No me imagino saltando a San Mamés con otra camiseta”.
Esta vez, el periodista insistió con el posible destino del nacido en Pamplona hace 31 años. “Pongo Iker Muniain en Google, algo muy moderno, y evidentemente sale la celebración, pero sale River Plate”. En la respuesta, el futbolista no esquiva su predilección: “Sí, River Plate es un equipo que siempre le he seguido, desde que era pequeño, desde hace muchísimos años. Quitando el Athletic que es el equipo de mi vida, hacia River siento algo especial, un vínculo emocional y sentimental grande. Lo he dicho muchas veces”.
“¿Le seduce tanto la idea de aparecer ahí en el Monumental?”, repregunta. La valoración, ahora, de Muniain es más esquiva: “Es una de las opciones que contemplo, que me atraen. Como todos sabemos ahora que he tomado la decisión, pues es muy amplio. Ya dije en su día que el poder jugar en La Liga española y en Europa quedaba descartado completamente. Quería vivir una experiencia lo más diferente posible a lo que ya había vivido durante toda mi carrera. Dentro de ese mercado son varias las ligas que me atraen. La MLS también es una liga interesante, que me atrae el formato de competición que tienen, la puesta en escena, el cuidar cada detalle, ese show que tienen los estadounidenses y que les ha permitido ir creciendo. Sobre todo que también está un jugador como Leo Messi, que todo lo que toca, lo magnifica. Es una liga muy atractiva. También he seguido mucho a la liga de Arabia Saudita, donde tenemos a Cristiano Ronaldo, que todos sabemos también como Leo Messi, la magnitud que tiene. Me ha sorprendido mucho la pasión de los árabes por sus equipos, algo que desconocía y es lo que más me ha impactado. Cómo han apostado por el fútbol, la cantidad de jugadores que han jugado en Europa y que son de talla mundial, que han apostado por ir a esa liga. Es otro de los destinos que contemplamos”.
Descarta continuar en el fútbol europeo, habla de River pero también de la MLS y de Arabia Saudita, dos mercados con los que la institución millonaria no puede competir porque no es, paradójicamente, tan pudiente. Muniain se ofrece y habilita sus horizontes futbolísticos. Dice que quiere vivir experiencias deportivas que lo sorprendan. “¿Y Argentina?”, le vuelve a consultar José Félix Díaz, el entrevistador. “También la contemplamos, donde únicamente y concretamente sólo contemplo la opción de River Plate por todo lo que te he comentado. La he seguido también durante mucho tiempo. Considero que es una liga muy competitiva, con pasión por el fútbol y con una cultura futbolística que tienen los argentinos, las hinchadas, la pasión que tienen en cada estadio es espectacular. También está la Copa Libertadores de por medio, que es una copa muy, muy deseada por todos”.
En el primer tramo del reportaje, aclara que si bien pretendía acabar su carrera en el Athletic, “se van presentando situaciones y las cosas deportivamente van cambiando”. “Quiero seguir disfrutando del fútbol, compitiendo y sintiéndome importante”, enfatiza. Las ganas de Muniain de querer jugar en River son evidentes: lo manifestaba cuando era futbolista del Athletic, lo repite cuando está en condición de libre. Habla, ahora, con admiración de la pasión del fútbol argentino, de su deseo de jugar la Copa Libertadores, de que siente un vínculo emocional con River. Ahora le toca a la dirigencia.
Ignacio Villarroel, vicepresidente segundo de River, fue el único dirigente que habló de Muniain con la prensa: “Un jugador de semejante talla nunca es descartable. Muniain es un jugador de excelentísimo nivel, que ya demostró su amor por River escapándose de la concentración del Bilbao al Bernabéu para ver la final de la Libertadores. Se está trabajando en el mercado”. Si hubo algún contacto, alguna conversación para conocer pretensiones económicas o para encauzar su llegada, poco se sabe.
River asume una posición incómoda. Busca reforzarse este mercado con un arquero para estimular la competición con Franco Armani, un defensor central para consolidar la zaga y cubrir la salida ya confirmada de Héctor David Martínez, un delantero que pueda pelearle el puesto a Miguel Borja y un volante con dinámica para suplir el hueco que dejó Nicolás de la Cruz. No estaba en sus planes la contratación de un futbolista con las características de Muniain: en ese puesto de mediapunta revulsivo ya tiene a Claudio Echeverri, Manuel Lanzini, Esequiel Barco, Franco Mastantuono y recuperará a Gonzalo Martínez en aproximadamente dos meses.
Incluso, otra de las trabas sería la disponibilidad de cupos para extranjeros. Hoy son cinco los jugadores no comunitarios que tiene en el plantel: el chileno Paulo Díaz, los uruguayos Agustín Sant´anna, Sebastián Boselli y Nicolás Fonseca, y el colombiano Miguel Borja. Con el probable arribo del delantero paraguayo Adam Bareiro completaría el cupo y tendría seis extranjeros en el plantel, de los cuales sólo cinco pueden firmar planilla en los partidos. Aunque, por lo bajo deslizan que están avanzadas las nacionalizaciones de Paulo Díaz y de Bareiro, lo que permitiría la incorporación de otro jugador no argentino.
Pero, a su vez, para armar la lista de futbolistas disponibles para disputar los octavos de final de la Copa Libertadores, solo se pueden realizar cinco modificaciones. Felipe Peña Biafore, de regreso desde Lanús, sería el primero. ¿Quiénes podrían ser los otros cuatro? ¿Jeremías Ledesma, el arquero del Cádiz que podría comprar River para competir con Armani, Germán Pezzella, Adam Bareiro e Iker Muniain?
Habrá que ver qué planea la dirigencia y el cuerpo técnico de River en su estrategia de refuerzos: si contratar a un futbolista del calibre y la vigencia de Iker Muniain a costa de no reforzar puestos que consideran prioritarios y de acumular jugadores con características similares. “Este está siendo un año un poco diferente, con la incertidumbre de cuál será mi futuro -graficó el futbolista español-. Intento llevar los tiempos de la mejor manera. Vamos a ver lo que sucede”.
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