Elon Musk ha actuado este miércoles como guía de lujo de la fábrica de Tesla en Austin (Texas) para los ganadores de un sorteo entre accionistas. Esa lotería ha sido una de las formas con las que el magnate ha tratado de incentivar la participación en la decisiva junta de accionistas de este jueves. El orden del día de la junta incluye dos puntos destacados en los que Musk mide su apoyo en el capital del fabricante de coches eléctricos. En uno, se propone ratificar un bonus multimillonario para el ejecutivo, valorado en su día en 56.000 millones de dólares (unos 52.000 millones de euros), que una jueza de Delaware anuló. En el otro, se vota precisamente el traslado del domicilio legal de Tesla desde Delaware a Texas. Según ha tuiteado el magnate, ambos tienen garantizada la aprobación por amplio margen, a tenor del voto anticipado.

Musk busca una especie de refrendo retroactivo a una retribución sin precedentes que ya fue en su día aprobada por la junta, pero con un proceso viciado, según la sentencia de la jueza Kathaleen McCormick. Aunque el consejero delegado de la compañía gane definitivamente la votación, como ha avanzado, no está claro que eso le permita recibir las acciones de la compañía, pero sí le daría fuerza a la hora de recurrir la sentencia que anuló la retribución.

Numerosos inversores institucionales y firmas de asesoramiento a accionistas se han pronunciado en contra de un pago que no tiene precedentes en la historia empresarial estadounidense y que supondría una dilución sustancial del valor de sus propias acciones. Musk ha sometido a sus accionistas a una especie de chantaje, pues da a entender que su compromiso con la empresa que dirige se reduciría si no le apoyan.

Algunos inversores no le compran ese argumento. Afirman que la participación del 13% de Musk en Tesla, valorada en unos 75.000 millones de dólares, y su historial en la empresa hacen improbable que se marche y que si descuida sus funciones directivas puede afrontar nuevas demandas de los accionistas. Sin embargo, la mayoría ha decidido apoyarle.

En 2018, Tesla estimó el valor del paquete de retribución de Musk en 2.280 millones de dólares, lo que ya lo convertía en un récord, pero la cuantía real aumentaba a medida que se revalorizaban las acciones. El bonus consiste en opciones para adquirir 303.960.630 acciones, valoradas a precio de mercado actual (176 dólares por acción) en 53.600 millones de dólares. Como el precio de ejercicio de esas opciones es de 23,34 dólares por título, el beneficio implícito estaría valorado ahora en unos 46.400 millones de dólares (42.800 millones de euros).

Todos los hitos de ingresos, resultado bruto de explotación y capitalización bursátil a que estaba sometida la retribución (y que eran muy ambiciosos) ya se cumplieron, así que de lo que se trata en la junta es de reconocerle o no esa cantidad. “Acudimos a ustedes ahora para que nos ayuden a solucionar este problema, que es una cuestión de justicia fundamental y de respeto a nuestro consejero delegado. Tienen la oportunidad de restablecer su voto y hacer que cuente. Les pedimos que hagan oír su voz —una vez más— votando para aprobar la ratificación del plan de retribución de Elon para 2018″, escribía Robyn Denholm, presidenta del consejo de administración de la empresa, en una carta a los accionistas que acompañaba a la convocatoria de la junta en la que apelaba a “la democracia corporativa”.

La jueza escribió en una sentencia de 201 páginas que “el proceso que condujo a la aprobación del plan de retribución de Musk fue profundamente defectuoso. Musk tenía amplios vínculos con las personas encargadas de negociar en nombre de Tesla”. Según McCormick, Musk tenía una relación de 15 años con el presidente del comité de retribuciones, Ira Ehrenpreism y relaciones comerciales y personales, hasta el punto de compartir vacaciones familiares, con el otro miembro del comité de remuneraciones que formaba parte del grupo de trabajo, Antonio Gracias. Ese mismo grupo de trabajo incluía a Todd Maron, que fue abogado de Musk en su divorcio y cuya admiración por Musk le hizo llorar durante su declaración en el juicio.

Tesla ha incluido la sentencia de McCormick en la documentación de la junta, según consta en la convocatoria remitida a la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (la SEC). Su tesis es que la aprobación demuestra que los accionistas respaldan el paquete con pleno conocimiento de las críticas de la jueza. Pero la aprobación no garantiza que Musk reciba su bonus.

Si la compañía no logra convencer a McCormick de que cambie su fallo, que aún no es efectivo, Tesla planea recurrir hasta el Tribunal Supremo de Delaware, un proceso que llevaría meses.

Para la sentencia definitiva de McCormick, aún falta decidir sobre el pago que corresponde a los demandantes. Los abogados reclaman en torno al 10% del supuesto ahorro que han generado para la empresa, lo que supondría una minuta de unos 5.000 millones de dólares para el equipo jurídico encabezado por Richard Tornetta, el pequeño accionista cuya demanda provocó la anulación del pago. Tesla rechaza de plano esa pretensión y cree que la factura apropiada sería de un máximo de 13,6 millones.

La otra propuesta estrella es el traslado del domicilio legal de la empresa a Texas, donde está la sede operativa, desde Delaware, donde está constituida y registrada ahora. Para ella se necesitaba no solo la mayoría de la junta, sino la mayoría de todo el capital, pero también se ha alcanzado, según Musk.

La gran mayoría de las grandes empresas estadounidenses eligen Delaware, por su legislación flexible y práctica para las empresas, por sus ventajas fiscales y por todo su ecosistema en favor de los negocios, incluidas la regulación y los mecanismos de resolución de litigios.

Musk, sin embargo, salió escaldado de la seriedad de Delaware en materia corporativa. Cuando firmó el acuerdo para comprar Twitter y luego quiso echarse atrás con excusas que no se sostenían, la demanda de la empresa contra él para hacerle cumplir lo firmado tenía todos los visos de prosperar. Finalmente, Musk se rindió y fue adelante con la operación. Tras comprar la empresa, se llevó el domicilio social a Nevada. También fue en Delaware donde la jueza anuló su estratosférica retribución. Después de ese falló, Musk montó una encuesta en su red social en la que sus seguidores votaron a favor del traslado.

Acusaciones de acoso sexual

La junta de accionistas de Tesla se celebra justo después de que The Wall Street Journal haya publicado una amplia investigación sobre el modo en que Musk ha perseguido y acosado con fines sexuales a mujeres que trabajaban en SpaceX, de la que también es consejero delegado, incluida una antigua becaria. El diario neoyorquino citaba declaraciones juradas firmadas por una de las mujeres y otras entrevistas a personas de su entorno. Exdirectivos de la compañía describen una cultura de sexismo y acoso, algo que niega Gwynne Shotwell, presidente de SpaceX, que asegura que la empresa investiga a fondo todas las denuncias de acoso y toma las medidas adecuadas en respuesta.

En 2013, una de las mujeres que trabajaba bajo las órdenes directas de Musk abandonó la empresa y denunció que el consejero delegado le había pedido que tuviera hijos suyos, según la información, que cita añade que su relación se deterioró después de que ella rechazara su oferta.

En otro caso ocurrido en 2014, una mujer que mantuvo una relación sexual con Musk mientras dependía directamente de él se enfrentó a recriminaciones cuando la relación terminó mal. Ella dejó la empresa y firmó un acuerdo que le prohibía hablar de su trabajo para Musk, según The Wall Street Journal.

Las acusaciones de acoso sexual y represalias en SpaceX se han planteado en anteriores ocasiones, incluidas las denuncias por violación de derechos civiles en California a principios de este año. Una noticia publicada en 2022 por Business Insider aseguraba que SpaceX pagó 250.000 dólares a una azafata del avión corporativo de la empresa a cambio de que enterrase la denuncia del acoso que sufrió por parte del magnate en 2016. La información relataba con cierto detalle lo ocurrido. Según Insider, la azafata acusó a Musk de enseñarle su pene erecto, frotarle la pierna sin consentimiento y ofrecerle regalarle un caballo a cambio de un masaje erótico, según entrevistas y documentos obtenidos por dicha publicación.

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By Diario

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