BARCELONA.- El Partido Popular(PP) logró el domingo una victoria clara sobre el partido socialista de Pedro Sánchez en unas elecciones europeas en las que, tal como sucedió en buena parte de los países europeos, se registró un aumento del apoyo a los partidos de la extrema derecha. La formación de Alberto Núñez Feijóo se impuso con cuatro puntos de ventaja al PSOE, una mejora sensible respecto a los 1.40 puntos que le sacó en las generales de hace casi un año. Ahora bien, la participación esta vez fue mucho menor, de cerca del 50%, por lo que es difícil hacer una extrapolación de estos resultados a los de unas generales.

Desde el PSOE, durante los últimos días se había recurrido a un símil futbolístico para definir las elecciones y se había hablado de “remontada”, haciendo referencia al hecho de que hace apenas tres meses, antes de las elecciones catalanas, las encuestas preveían una victoria del PP de hasta siete puntos. Aunque, ciertamente, los socialistas han mejorado esas previsiones, se han quedado lejos del empate técnico al que aspiraban. En todo caso, su derrota no es lo suficientemente abultada como para forzar un adelanto electoral, como sí ha sucedido en Francia, y que era el gran objetivo de Feijóo.

El líder del partido de oposición de derecha Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijoo, se dirige a una conferencia de prensa después de los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo, en Madrid el 9 de junio de 2024.OSCAR DEL POZO – AFP

Como ya hizo en las elecciones generales del año pasado, el principal argumento de Sánchez ante el electorado fue presentarse como el bastión del progreso frente a la extrema derecha. Pero esta vez su estrategia consistió en buscar el cuerpo a cuerpo con un líder extranjero, el presidente argentino, Javier Milei, convertido en una especie de símbolo de la ultraderecha global. La campaña se inauguró con la polémica por la acusación de Milei en una visita a España a la esposa de Sánchez, Begoña Gómez, de ser una “corrupta”. Y concluyó en un mítin en el que Sánchez volvió a sacar a relucir a Milei, señal inequívoca de que creía que le favorecía electoralmente: “La disyuntiva es clara. O estamos con la justicia social o estamos con Milei”.

Con ya todos los votos prácticamente escrutados, el PP obtuvo un 34% de los sufragios y 22 escaños en la Eurocámara, por un 30% y 20 escaños del PSOE. VOX se consolida como la tercera fuerza del país, al rozar el 10% de los votos y sumar seis escaños, dos más que en 2019. El buen resultado de la ultraderecha en España se completa con la irrupción de una nueva formación, “Se acabó la fiesta”, del influencer Alvise Pérez, que entrará en el Parlamento Europeo con 3 diputados y un 4,5% de los votos.

Por su parte, la izquierda española, que se presentó dividida entre Sumar, el partido y Yolanda Díaz, y Podemos, liderada por la exministra Irene Montero, registró una leve caída. Mientras que en 2019 con una sola lista lograron 6 europarlamentarios, esta vez será uno menos. Sumar cosechó tres diputados, por dos de sus ex compañeros de partido. Por encima de Sumar en votos, la coalición de la izquierda nacionalista periférica (Esquerra Republicana, Bildu y BNG) que se hizo con tres diputados, seguido de Junts y el PNV, con un escaño cada uno.

Una hora después de conocerse el resultado, Núñez Feijóo compareció ante la prensa para valorar los resultados y se mostró eufórico. “Los resultados son los mejores resultados [para el PP] en unas elecciones europeas en los últimos 25 años … Ha empezado un nuevo ciclo político en España”, dijo orgulloso Feijóo, que señaló que todos los socios de Sánchez en el Congreso de los Diputados perdieron apoyos en esta contienda. Durante su alocución en la sede del partido, cuadros y dirigentes del PP corearon “Presidente, presidente!”.

El líder del partido de extrema derecha español Vox, Santiago Abascal, se dirigen a una conferencia de prensa después de los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo, en Madrid el 9 de junio de 2024.THOMAS COEX – AFP

Con su victoria, Feijóo puede presumir de que su estrategia de “nacionalizar” la campaña, evitando abordar los debates relativos a la Unión Europea, ha funcionado. El PP optó por plantear la contienda como un plebiscito sobre Sánchez poniendo en el centro la cuestión de la amnistía a los líderes y activistas catalanes, el precio que puso el expresidente catalán en el exilio, Carles Puigdemont, para apoyar la investidura de Sánchez. La medida fue aprobada de manera definitiva el pasado 30 de mayo, es decir, en plena campaña.

A diferencia de Feijóo, Sánchez no compareció ante la prensa, a pesar de que sí tuvo un papel muy activo durante la campaña. La ex ministra Teresa Ribera, cabeza de cartel del PSOE en las europeas, fue la encargada de ofrecer la perspectiva del PSOE. “Somos el partido en el Gobierno de todos los países europeos con un mejor resultado”, dijo Ribera, tratando de buscar una interpretación positiva de los resultados, que llegó a calificar de “magníficos”. Ribera presumió de que el PSOE es “el muro de contención de la extrema derecha”, y acusó al discurso del PP de haber propiciado el aumento de este espacio político.

Con estos comicios europeos, termina un larguísimo ciclo electoral en España que se inició hace un año con las elecciones municipales, siguió con las generales, y luego con las elecciones gallegas, vascas y catalanas. En teoría, ahora se abre un largo periodo de tres años sin contiendas electorales, siempre y cuando Sánchez consiga consolidar su heterogénea mayoría de gobierno. Su próximo reto será aprobar los presupuestos del año próximo, después de haber prorrogado los de 2024 a causa de un estado continuo de campaña electoral.

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By Diario

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