Una presa política denunció a través de una carta la precaria situación que atraviesan las reclusas de una cárcel habanera de mujeres conocida como El Guatao. DIARIO DE CUBA tuvo acceso a la misiva bajo condición de preservar la identidad de la remitente. Tanto la presa política como su familia temen las represalias que la publicación de la carta pueda traerles.

“Aquí todo sigue igual de malo. La comida cada día está peor. Nos están dando una ‘entrá’ de torta de pescado podrido y huevo sancochado de madre. El arroz empegostado y con tremendo churre, potaje de chícharos lleno de gorgojos y duros. Si te pones a sacar los granos duros y los gorgojos te quedas con el agua amarilla que parte el alma. Una mermelada de mango podrida…”, explica la joven.

En los últimos años han aparecido innumerables denuncias de la falta de alimentos que padecen los convictos cubanos. En enero de 2024, por ejemplo, varios presos políticos de Camagüey y Las Tunas dijeron que el plato fuerte que estaban recibiendo era “líquido”. El Centro de Documentación de Prisiones Cubanas (CDPC) registró en mayo pasado 18 denuncias sobre “graves” problemas de alimentación.

La precariedad en las cárceles no se limita a la comida. La presa política aporta otros detalles de El Guatao en su carta: “Las camas están con chinches. Mi cama tenía, y tuve problemas con la policía (carcelera) porque no querían cambiarla; al final no me la cambió. Las presas se están enfermando con ‘el virus’, están con fiebre de 39 y 40 (grados), y vómitos y gripe. Yo estoy tratando de asistirlas con los medicamentos que me trae mi mamá, ya que con los médicos no se puede contar. Lo que pasa es que aquí enfrente hay una laguna podrida y lo que hicieron fue revolver ese charco. Está verde de agua podrida. Lo que hicieron fue revolverlo y no fumigaron”.

El virus al que hace referencia en su carta podría ser el dengue o el Oropouche, causantes de dos enfermedades virales transmitidas por mosquitos que están afectando a la población cubana. A mediados de junio de 2024, Martí Noticias reportó la presencia de padecimientos similares en cárceles de Santiago de Cuba, Camagüey, Sancti Spíritus, Cienfuegos y La Habana. Para colmo, la atención médica es insuficiente o nula en muchos de estos sitios. El CDPC reportó en marzo último 29 centros penales con denuncias de atención médica “deficiente”.

La carta ahonda en los niveles de insalubridad a que están expuestos los presos políticos cubanos: “No hay agua para bañarse ni tomar. Hay latones de basura que vienen a buscar una vez al mes, están ‘reventados’ en basura y con tremenda peste. Las tiñosas vienen a comer de la basura. Esto parece el Cementerio de Colón. La fosa está ‘reventá’ en mierda y sale por las duchas, por todo el destacamento. Qué asco. Los baños dan asco, hay que cagar arriba de la mierda. Y la comida además de mala está podrida y con gusanos”.

Los abusos ejercidos contra los prisioneros políticos cubanos se han convertido en una práctica normalizada de las autoridades penitenciarias del régimen. En marzo de 2024, el CDPC reportó 12 golpizas y torturas físicas, y en mayo registró unos 114 “eventos violatorios de derechos”.

La autora de la misiva no escapa de esos abusos y concluye su carta denunciando algunas de las hostilidades que enfrenta: “Nos ponen a coger el sol esporádicamente. Yo soy negra y se me ven las venas, estoy transparente. Si me pasan por un bombillo se me ven hasta las tripas. Llevamos más de un año con el mismo uniforme roto. Nos sacan a chapear en el horario del mediodía. Si no chapeamos nos quitan el teléfono [derecho a llamadas]. Pero eso solo es una pequeña parte de todo. Esto es una película de terror”.

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Por Diario

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