En el mundo existen individuos extraordinarios que han desafiado uno de los virus más letales: el VIH. Estos son los controladores de élite excepcionales, personas que han mantenido el virus bajo control de forma natural durante décadas, sin necesidad de fármacos antirretrovirales. Aunque estos casos son extremadamente raros, la ciencia se esfuerza por comprender los mecanismos detrás de esta capacidad innata para aplicar estos conocimientos en la lucha global contra el VIH.

Una reciente revisión científica publicada en la revista Med, del grupo Cell Press, analiza la evidencia sobre estos controladores de élite y señala nuevas líneas de investigación hacia una cura funcional. Desde la aparición del VIH en los años ochenta, el virus ha causado la muerte de 40 millones de personas y sigue siendo responsable de 630.000 muertes anuales en el planeta. Aunque no hay una cura universal a la vista, los avances científicos han logrado contener su propagación con antirretrovirales, aunque aún no se ha conseguido erradicar el virus por completo.

Javier Martínez-Picado, autor del estudio e investigador ICREA de Irsicaixa, explica que sin tratamiento antirretroviral, el sistema inmune libra una batalla contra el virus que suele durar entre ocho y doce años antes de que el sida se manifieste. Sin embargo, los controladores de élite son una excepción a esta regla, manteniendo el virus a raya sin medicación. Esta capacidad se da en aproximadamente uno de cada 300 pacientes, aunque en la mayoría de los casos, esta protección es temporal.

El equipo de Martínez-Picado ha documentado nueve casos de controladores de élite excepcionales. El más resistente, reportado en Australia en 2019, ha controlado el virus durante 37 años. Otros casos en España y Argentina muestran periodos de control que van desde los ocho hasta los treinta años. La mayoría de estos pacientes son mujeres caucásicas en edad fértil, aunque los investigadores señalan que esto podría deberse a una mayor accesibilidad y disponibilidad de muestras biológicas en este grupo demográfico.

Factores clave

El lugar donde el virus se integra en el ADN y la respuesta inicial del sistema inmune son factores clave en estos casos. Martínez-Picado compara esta situación con la siembra de granos: al igual que el grano prospera mejor en terreno fértil, el virus puede replicarse más eficazmente en zonas activas del ADN. Sin embargo, si el virus se inserta en zonas genéticas inactivas, su capacidad de replicación es mucho menor.

Además, el sistema inmune de estos controladores de élite presenta características únicas. Algunos tienen mutaciones en el gen CCR5, lo que dificulta la entrada del virus en las células. Otros poseen variantes genéticas relacionadas con el HLA, una parte del sistema inmune que influye en la respuesta celular contra las infecciones.

Reservorios virales

La investigación también ha encontrado que los reservorios virales en estos pacientes son significativamente menores que en aquellos que toman antirretrovirales. Estos reservorios contienen virus defectuosos que no pueden replicarse. Ezequiel Ruiz-Mateos, del Grupo de Estudio del Sida (Gesida), sugiere que estos individuos podrían estar curados, con el virus presente en su organismo, pero incapaz de replicarse.

Un aspecto intrigante es el alto número de mujeres caucásicas entre los controladores excepcionales, lo que apunta a posibles factores inmunes asociados al sexo que aún no se han identificado. Martínez-Picado especula que las mujeres en edad fértil podrían tener un sistema inmune más eficaz para proteger al feto, lo que podría explicar su resistencia al VIH.

El estudio de estos controladores de élite abre nuevas vías de investigación, como la modificación genética para evitar la expresión del CCR5 y el fortalecimiento del sistema inmune. Aunque quedan muchas incógnitas, estos casos proporcionan una esperanza tangible para una futura cura funcional del VIH, demostrando que la supresión casi total del virus es posible en humanos. @mundiario

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Por Diario

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